Macri y Vidal, durante la jura (Foto: Télam) El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, asumió ayer su segundo mandato al frente de la Ciudad de Buenos Aires con una convocatoria a trabajar “por la unidad de todos los argentinos” sin “enemistades estériles y egoístas”.
Algunos minutos pasadas las 10, el vicepresidente primero de la Legislatura, Oscar Moscariello, invitó a pasar al recinto a Macri y a la vicejefa electa, María Eugenia Vidal. Ambos juraron “por Dios, por la Patria y los Santos Evangelios”. Primero fue Vidal, que recitó de memoria su juramento y se emocionó, y luego el mandatario reelecto.
Tras los aplausos de buena parte de los presentes, el jefe de Gobierno pronunció un breve discurso de tono conciliador y convocó a un mejor diálogo entre la Ciudad y la Nación, aunque dejó en claro que busca consolidarse como referente político nacional.
“No abandonaremos nuestro rol de alternativa nacional”, señaló Macri, quien agregó. “Debemos mantener nuestros puntos de vista y debatirlos en un diálogo franco y sincero, pero la discrepancia en el ámbito de las ideas no debe llevar al enfrentamiento personal”.
Asimismo pidió dejar de lado “las enemistades estériles y egoístas” y “superar los fanatismos y los prejuicios”, en el discurso que leyó durante un poco más de 15 minutos,
“La Ciudad, las provincias, el Gobierno Nacional, deben colaborar para conseguir el bienestar de los argentinos en el marco de un federalismo de verdad, sin imposiciones ni sometimientos”, aseveró el mandatario. Y agregó: “Cuando decidí ser candidato a un segundo mandato dije, y lo reafirmo, que de ahora en más voy a trabajar por la unidad de los argentinos”.
Macri también hizo referencia al contexto económico y social: “Vienen tiempos de crisis”, por lo que hay que “trabajar articuladamente entre el Estado, las empresas y los sindicatos para encontrar mecanismos de concertación que garanticen la paz social”.
El titular del Ejecutivo además expresó que “es fundamental darles más lugar a los jóvenes”, ya que “las nuevas generaciones aportan frescura, nuevas ideas y energía y las viejas aportan experiencia, sabiduría y temple”, en relación al rol de los jóvenes en la política.
El jefe de Gobierno marcó los “cuatro desafíos” de su gestión: “la cuestión ambiental”, la necesidad de “construir una sociedad más integrada socialmente” a través de “la educación, la salud y el trabajo como pilares fundamentales”, la “seguridad de los vecinos”, y “la cultura”.
Respecto al primero, señaló estar “cada vez más íntimamente comprometido con la causa verde y todo lo que ya hicimos con las bicicletas es la primera gran demostración del cambio que este tema nos exige”. “Imagino una Buenos Aires 2015 llena de bicicletas”, aseguró. En el plano del ambiente dijo que se elaboró el plan de lucha contra el cambio climático, que se está poniendo en práctica el nuevo plan de residuos, “con el que ya recuperamos 7 mil toneladas de residuos secos en lo que va de 2011”, a la vez que destacó la creación de más espacios verdes y la mejora de los ya existentes, como también la implementación de un plan de movilidad sustentable.
Sobre el segundo de los puntos, destacó la “inversión récord” en infraestructura escolar y la entrega de netbooks: “vamos a entregar más de 160 mil netbooks, ya entregamos más de la mitad”.
En torno a la seguridad, definió este tema como “un desafío central” para su gobierno. Habló del incremento de cámaras de seguridad, el “fortalecimiento de la Policía Metropolitana”, la creación e instalación de botones antipático, a la vez que prometió seguir “insistiendo para que la seguridad forme parte de una agenda de trabajo en la Ciudad, Nación y Provincia”.
Con relación a la cultura, dijo: “Somos una ciudad que respira cultura. Una ciudad abierta al turismo, que sigue superando récords históricos de visitas. El año pasado nos visitaron más de 10 millones de personas”. Y consideró “vital trabajar para que todas las expresiones culturales tengan un lugar y que todos los barrios participan y se abran a recibir semejante cantidad de invitados”.
En el último tramo de su discurso, Macri comentó que debía “reconocer un error”, referido a haber “entendido que la visión meramente eficientista no es la visión correcta”. Y añadió: “Aprovecho para reconocer este error porque jugar a que somos perfectos e infalibles es vivir en la mentira”.
Media hora antes de la jura, el recinto de la Legislatura porteña había comenzado a llenarse de legisladores (tanto los que terminan sus mandatos y los que asumen oficialmente a partir de hoy), funcionarios del Gobierno porteño, y representantes del Poder Judicial de la Ciudad.
También participaron de la ceremonia los alcaldes de Santiago de Chile, Pablo Zalaquett, el de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, el de Asunción del Paraguay, Arnaldo Samaniego, y Ana Olivera, de Montevideo, Uruguay.
En el acto en el Palacio legislativo porteño estuvieron presentes las diputadas del PRO Gabriela Michetti y Paula Bertol. Quienes quisieron dar el presente, curiosamente, fueron las diputadas Silvana Giudici, de la Unión Cívica Radical, y Patricia Bullrich, de Unión por Todos. Además, concurrió la senadora de la Coalición Cívica, María Eugenia Estenssoro.
Luego de la jura, Macri y Vidal se trasladaron al Centro Metropolitano de Diseño, en Barracas, donde tomaron juramento a los ministros que componen el gabinete y luego se dirigieron al Teatro Colón, a una función especial de la Camerata Bariloche.
Impresiones: Desafíos
Por F.C
El jefe de Gobierno reasumió en la Ciudad luego de la amplísima victoria electoral y de la reciente jura por otro período al frente del Ejecutivo porteño. Ahora se viene una nueva etapa, en la que tiene nuevos desafíos: buscar que la relación con la Nación sea lo más armoniosa posible (por no decir, lo menos conflictiva posible), que no se repitan o acrecienten conflictos con los docentes, que los derrumbes no pongan en evidencia deficiencias en controles, que el uso del espacio público sea el correcto (ya tuvo grandes dolores de cabeza con la toma del Indoamericano, y todavía no termina la polémica por los manteros).
Y dar soluciones a asuntos de larga data: como la inseguridad (tema en el que es inevitable una tarea coordinada con Nación y Provincia) y el difícil transitar por las calles capitalinas. Macri imagina una “Buenos Aires 2015 llena de bicicletas”, pero para que la ciudad de las bicicletas sea posible tiene que dar soluciones de fondo a los problemas de tránsito y transporte, males endémicos de Buenos Aires.
Si logra dar las mejores respuestas a esos desafíos y consigue armar una estructura que pueda dar pelea al kirchnerismo, Macri podría ponerse el traje de presidenciable e intentar mirar más de cerca la Casa Rosada, pero tiene un largo camino por recorrer.
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