Buscan prohibir los vip en los boliches

Un proyecto de ley de la Coalición Cívica busca prohibir estos lugares exclusivos porque “atenta contra la igualdad de las personas”. Los dueños de boliches dicen que “forman parte del folclore de la actividad”.

De prosperar la iniciativa, los boliches no podrán tener sectores "vip"

Es un lugar al que sólo un grupo selecto puede entrar, un espacio para “very important people”, pero que genera una triste diferenciación de quienes están en el resto del boliche. Por eso, un proyecto de ley busca prohibir que los locales bailables en la Ciudad tengan sectores “vip”, porque según se argumenta “atentan contra la igualdad de las personas”.

“El proyecto ha tenido como fundamento básico la no naturalización de la discriminación”, dijo la legisladora de la Coalición Cívica Rocío Sánchez Andía, impulsora del proyecto de ley, que ya había sido presentado en 2008 por el ex diputado de la misma fuerza Facundo Di Filippo.

En concreto, se pretende que los boliches no tengan más un sector vip, espacios a los que ingresan famosos, gente que tiene la “suerte” de que el personal de seguridad del local los deje pasar porque cumple con los requisitos que se exigen o quienes pagan más, ya que en los fundamentos de la iniciativa se considera que esto “atenta contra la igualdad de las personas”. Desde luego, y como era de esperarse, a los dueños de boliches la noticia no les cayó para nada bien.

La propuesta, que incluso no permite la utilización de la denominación “vip”, ingresó la semana pasada en la Legislatura porteña y también se extiende a restaurantes, bares y salas de espectáculos. De prosperar, contempla ante el incumplimiento de la prohibición la clausura hasta por 30 días y una multa de 30 mil pesos.

Lo cierto es que la mayoría de los locales bailables de la Capital tienen espacios “vip”, pero no se trata de la única instancia de discriminación que está naturalizada en la sociedad. “Los boliches hoy por hoy restringen el acceso a muchas personas a estos lugares simplemente por una cuestión de una condición física o la vestimenta de una persona”, dijo la legisladora en una radio.

La primera barrera para entrar a un boliche es el patovica, que decide quién entra y quién no. Quienes pasan, además de pagar la entrada, la pagan sabiendo que no todos pueden ir a ese espacio diferenciado y sólo miran desde afuera.

Sánchez Andía agregó que “cada vez son más amplios los lugares restringidos de los boliches y uno cuando paga una entrada, la paga para tener acceso a todo el lugar, y no es justamente por una condición objetiva, como puede ser en un recital, por ejemplo, que uno debe pagar más por una mejor ubicación”.

“El mercado va generando esos privilegios y la sociedad lo acepta; el Estado debe garantizar que esto no se naturalice, pero también debe haber un cambio cultural”, señaló la legisladora.

Quien tiene una opinión totalmente opuesta es el empresario Leandro Travaglio, dueño de Esperanto, que dijo en el diario Perfil que “si no existieran los lugares exclusivos, los discriminados serían las figuras del espectáculos que no tendrían donde ir a bailar tranquilas”, y que “es parte del folclore de la actividad”. Explicó también que los vip no son discriminatorios porque en muchos casos se cobra una entrada diferencial y los tragos son más caros, pero admitió que no cualquiera puede ingresar, y que los famosos entran gratis.

La polémica está instalada.

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