El subte no tiene quien lo administre

INFORME ESPECIAL - Macri suspendió el traspaso de los subtes y dijo que la administración sigue en manos de la Nación y que sólo se firmó un acta acuerdo. Desde Casa Rosada dicen que el servicio ya es de la Ciudad y que no hay marcha atrás. Cruces en los discursos de apertura de las sesiones ordinarias entre la Presidenta y el jefe de Gobierno.

Macri y el gabinete, en una de las conferencias por la cancelación de la transferencia. (Foto: GCBA)

Mauricio Macri ya lo tenía pensado varios días antes de que decidiera rechazar la transferencia de la administración de los subtes y el Premetro a la órbita de la Ciudad de Buenos Aires. “Si no existe buena fe y trabajo en equipo, puede ser que nunca se realice”, había advertido el jefe de Gobierno dos semanas antes de patear el tablero. Y la oleada de réplicas de funcionarios, dirigentes y hasta de la propia Cristina Fernández de Kirchner no tardaron en llegar.

“Como no puedo mentir ni ser cómplice, me veo en la obligación de suspender el trabajo de la comisión en función del traspaso del subterráneo a la Ciudad de Buenos Aires”, dijo en conferencia de prensa el miércoles. La gota que rebalsó el vaso fue el anuncio que había hecho horas atrás la ministra de Seguridad de la Nación, Nilda Garré, de destinar (léase “retirar”, según la óptica porteña o “reubicar”, según la visión de Casa Rosada) los efectivos de la Policía Federal que custodiaban las estaciones de subte a las de tren, en el marco del programa “Tren Alerta” y que la seguridad debajo de la superficie iba a quedar en manos de la Policía Metropolitana.

El vaso se fue llenando con la no respuesta del Gobierno Nacional de darle avales a la Ciudad para tomar préstamos internacionales para la expansión de la red de subterráneos, con la demora (según Bolívar 1) del depósito de 30 millones de pesos de la cuota de transferencia correspondiente al mes de febrero (sin embargo Schiavi reveló en un canal de noticias los documentos con las transacciones) y con el trágico accidente en la estación Once que dejó 51 muertos y puso en evidencia el deplorable estado de los ferrocarriles, algo a lo que tampoco escapan los subtes.

El Ente Regulador de Servicios Públicos de la Ciudad dio a conocer un informe crítico en el que registró 11.320 fallas o irregularidades en la prestación del servicio, y que la concesionaria Metrovías sólo corrigió el 19,2 por ciento de ellas. El estudio puso el foco sobre las condiciones de los vagones y el estado de las estaciones.

Según el informe, se detectaron 2.292 fallas de higiene en los vagones, de las cuales 1.245 no fueron solucionadas al momento de realizarse un segundo control. Con respecto a las estaciones, se da cuenta de 3.907 irregularidades de las cuales no se corrigieron 3.254. En torno a las fallas en la conservación de las instalaciones, se enumeraron 2.927, y quedaron pendientes de corregir 2.574. Sobre el libro de quejas, se detectaron 456 fallas las cuales sólo 15 fueron resueltas. Y en lo que hace a la seguridad (señalizaciones al público, demarcación de andenes y funcionamiento de puertas automáticas de los vagones), se detectaron 407 fallas, 394 de ellas sin solucionar.

En la conferencia del miércoles, el jefe de Gobierno había mostrado ante las cámaras un listado de obras “que por contrato debió hacer la Nación en estos diez años que lamentablemente no han hecho, y eso claramente pone en peligro el funcionamiento del subte, su seguridad, la comodidad, la dignidad con que viaja la gente en términos de frecuencia, ventilación, equipamiento”. Y habló del caso de la línea A, “hay coches que tienen más de 90 años, no voy a poner en peligro a los usuarios por falta de seguridad e inversión”.

Con las fichas del tablero en el piso, el Gobierno Nacional salió rápidamente a criticar lo decidido por Macri. El vicepresidente Amado Boudou fustigó al intendente: “Macri borra con el codo lo que firmó con la mano y recordó que la situación de hoy es la misma que cuando firmó el convenio de traspaso”.

Otro funcionario que se mostró muy enojado por la medida fue el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, quien participó de las negociaciones previa a la firma oficial del acuerdo, el 3 de enero: “La falsedad del planteo de Macri es tan evidente, que no fue capaz de mencionar una sola obra comprometida por la Nación que no esté en marcha o terminada”. El funcionario detalló que el Gobierno “invirtió desde 2003 más de 2.700 millones de pesos, que permitieron sumar 104 coches, la adquisición de otros 45 que comenzarán a arribar este año, la extensión de la línea E que avanzó en más de un 60 por ciento y la modernización completa de la línea A”. Y argumentó que la Constitución de la Ciudad le da la potestad de regular el transporte, a la vez que agregó que la Legislatura aprobó la transferencia del subte en el año 2000, a través de la ley 373 que consideraba que el traspaso del subte reafirmaba la autonomía de la Ciudad, razón por la cual el convenio suscripto el 3 de enero `ratifica´ las leyes vigentes”.

También gobernadores con distinto nivel de acercamiento al Gobierno, diputados y dirigentes hicieron fila para fustigar al titular del Ejecutivo porteño.

Macri anunció su decisión el día anterior a la apertura de sesiones ordinarias tanto en la Legislatura como en el Congreso Nacional, y dejó el terreno habilitado para que Cristina Kirchner le respondiera. Y así lo hizo, ante todo el Parlamento.

La mandataria definió como “bochornosa y adolescente” la actitud de Macri de no seguir con la transferencia de los subtes. Le dedicó varias menciones: “No se pueden andar devolviendo contratos y concesiones como si fueran pares de zapatos”, exclamó, enojada. Y, ante el comentario del intendente sobre la antigüedad de los coches, la Presidenta replicó: “Ahora descubrió que los vagones son viejos, pero ¿de dónde se creía que era alcalde, de Nueva York”.

Cristina le dedicó varias frases al jefe de Gobierno en la apertura de las sesiones ordinarias

Es que mientras Cristina daba un extenso discurso de inauguración de sesiones ordinarias en el Congreso ante la Asamblea Legislativa, de más de 3 horas, en la Ciudad había un paro de los trabajadores de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) en los subtes, en reclamo de presencia policial en las estaciones de la red y convulsionó el tránsito en Buenos Aires. Por eso, luego de criticarlo con dureza, instruyó a la ministra Garré de prorrogar por 30 días más la Policía Federal y “ver si en tres meses puede organizar 240 personas con uniforme policial en las líneas de subte de la Ciudad de Buenos Aires”, y a dos horas más tarde el servicio se restablecía.

Antes el jefe de Gobierno había abierto el periodo de sesiones ordinarias en la Legislatura porteña. Tuvo un mensaje en el que hizo hincapié en lo político, que se centró en los reclamos al Gobierno Nacional y no hizo un profundo repaso de la gestión. A Macri le bastó tan sólo quince minutos para reclamarle a la mandataria: “Hágase cargo de la seguridad de la Ciudad como corresponde o traspásenos la seguridad con sus recursos”. A su vez, detalló que la Capital genera el “25 por ciento de los recursos coparticipables”, pero que se lleva sólo “el 1,4 por ciento”.

Tanto Cristina como Macri no hicieron más que tirarse dardos. El jefe de Gobierno el viernes volvió a convocar a conferencia de prensa, en esta ocasión para remarcar que la mandataria dijo “siete falsedades” en torno a la negociación por el traspaso de los subtes. Pidió que Nación se haga cargo de una “deuda” en obras por mil millones de dólares para que la Ciudad se haga cargo del servicio. Y dejó en claro que el subte “no dejó de pertenecer a la Nación”. Tampoco faltaron las chicanas: “Yo no me voy a meter a discutir de zapatos y carteras porque ella sabe más que yo”, respondió Macri y explicó que “la Constitución de la Ciudad dice que el jefe de Gobierno no puede firmar ningún contrato sin la aprobación de la Legislatura”. Y aclaró también que por ese motivo, el traspaso a la órbita porteña no se concretó, sino que el Gobierno porteño “aceptó potestades que ya habían sido fijadas por la Legislatura, la potestad de fiscalización del servicio y la tarifaria”.

Macri hizo hincapié en la seguridad en las estaciones de la red y dijo que Garré “le mintió” con respecto a la cantidad de efectivos de la Federal que las custodian: “La Ciudad tiene 95 estaciones, dos andenes cada una. Haga la cuenta y va a llegar a la conclusión de que es mentira que se destinan 240 policías, se destinan más de mil”, a la vez que explicó que la Metropolitana no tiene capacidad para cubrir esa custodia.

Sin embargo, ¿quién dijo que todo está perdido? La vicejefa de Gobierno porteño María Eugenia Vidal señaló: “Vamos a seguir insistiendo en retomar las conversaciones con responsabilidad y no a costa de poner en riesgo la seguridad de los usuarios del subte. No podemos tener cuatro años de desencuentro”. Macri espera que Cristina lo convoque para buscar una salida al conflicto.

Lo cierto es que Nación y Ciudad se pasan la pelota. Y la administración del servicio de subtes parece quedar en un limbo. Cada cual atiende su juego, pero los afectados son los casi 1.600.000 pasajeros que utilizan a diario el servicio.

Nota vinculada:

Cronología del traspaso de los subtes

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