Del total de las víctimas, cinco fueron en la Ciudad. Los barrios del sur y el oeste porteño fueron los más afectados, pero la situación fue peor en el Conurbano, con sectores que aún siguen sin electricidad.
Se trabaja intensamente para normalizar las áreas afectadas en Capital y GBA (Foto: Télam)
El inédito temporal de la noche del miércoles, por la forma en la que se originó –expandiéndose como un arco- y lo virulento que resultó, dejó 17 muertos en la Capital Federal y la periferia, según los últimos datos oficiales, mientras miles de personas siguen sin suministro eléctrico y de agua, principalmente en el oeste y el sur del Conurbano.
Del total de las víctimas, cinco fueron en la Ciudad de Buenos Aires. El quinto fallecido fue el gendarme Raúl Bertillo Alarcón, que murió cuando el viento arrasó un puesto de vigilancia del barrio Juan XXIII, en Villa Soldati. Él corrió con la peor suerte, ya que otros tres efectivos que lo acompañaban, como parte del operativo de seguridad “Operativo Unidad Cinturón Sur”, resultaron heridos.
Las víctimas perdieron la vida aplastadas, o electrocutadas por la caída de árboles, paredes, techos o cables de electricidad. Pero hay decenas de heridos y medio millar de evacuados, según fuentes oficiales y de Defensa Civil, aunque el coordinador del Consejo de Emergencia de la provincia de Buenos Aires, Luciano Timerman, precisó que “en este momento no hay evacuados”.
En los que respecta a la Ciudad, los trabajos para normalizar las áreas afectadas y reparar los daños materiales continuarán hasta el domingo, dijo el ministro de Ambiente y Espacio Público porteño, Diego Santilli. “Estas tormentas o desastres naturales no se resuelven en cinco minutos; calculo que mínimo hasta el domingo va a ser incesante nuestro trabajo”, expresó.
“Estamos normalizando el sector norte y oeste de la Ciudad”, aseveró y detalló que los barrios más afectados son Mataderos, Liniers, Flores, Floresta, Villa Soldati, Barracas, La Boca y Caballito.
“Estamos focalizando nuestro trabajo, hoy tenemos 1.500 personas trabajando y ayer tuvimos 1.200”, comentó en declaraciones a una radio.
El funcionario contó también que recorrió las distintas zonas afectadas y que vio desde la General Paz “cómo el viento arrancó antenas, hierros retorcidos de los edificios, el microestadio de San Lorenzo, el club Barracas Central destruido o semáforos cortados a la mitad”. “Ni qué hablar de la autopista 25 de Mayo y sus peajes. Es increíble lo que pasó” dijo, y aseguró que “la dimensión de lo sucedido no la vi nunca”.
Este fenómeno afectó mucho a los clubes de fútbol o instituciones barriales. Huracán, San Lorenzo, Nueva Chicago, Barracas Central y Glorias Argentinas, por nombrar tan sólo algunos, sufrieron la voladura de techos de gimnasios y piscinas de invierno, roturas de vidrios y la caída de torres de iluminación.
Los intendentes de las localidades afectadas en el Conurbano piden paciencia a los vecinos para dar una solución a los inconvenientes que dejó el temporal y poder dar ayuda.
“Esto ha sido una catástrofe. Se cayeron miles de postes de electricidad y de árboles, lo que dejó sin luz al 70 por ciento del distrito. Les pido paciencia a los afectados porque estamos trabajando”, dijo el jefe Comunal de Berazategui, distrito del sur del Gran Buenos Aires, Patricio Mussi.
En tanto, la zona oeste fue la que se llevó la peor parte, con ráfagas que llegaron a alcanzar los 150 kilómetros por hora y levantó techos de viviendas, escuelas, galpones y clubes, y postes caídos que dejaron sin electricidad a varios puntos y en consecuencia también no hay provisión de agua corriente. Y centenares de árboles añosos fueron arrancados de raíz y muchos troncos cayeron sobre los autos estacionados en las calles.
Este fenómeno que afectó a Capital y el Conurbano en la noche del miércoles es conocido técnicamente como “bow echo”, o “tormenta en forma de arco”, por la forma como fue visto en el radal, y se caracteriza por generar fuertes ráfagas de viento, explicó Luciano Vidal, licenciado en Ciencias de la Atmósfera de la Universidad de Buenos Aires.
Vidal comentó que este tipo de tormentas son habituales en otros puntos del país, pero no en Capital y alrededores. “No recuerdo otra tormenta así en el área metropolitana. Puede volver a suceder, pero no es común. Se trató e una situación tan extraordinaria como la nevada de 2007”, señaló.
El ministro Santilli atribuye estos fenómenos al cambio climático, que “está haciendo que las tormentas sean cada vez más fuertes, es el temporal de viento más fuerte de que tenemos registro”.
Nota con despachos de agencias Télam, Noticias Argentinas y AFP.
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