¿Tomar más agua = bajar de peso?

Según especialistas en nutrición, la ingesta de líquidos de los argentinos está compuesta en un 50 por ciento de bebidas azucaradas, un 29 por ciento de saborizadas sin azucar y el 21 por ciento restante por agua. Se recomienda a los adultos beber ocho vasos por día.


Un estudio realizado en casi tres mil niños demostró que aumentar la ingesta de agua puede disminuir el riesgo de sobrepeso en la infancia, aspecto que ven como un “truco” eficiente desde el campo de la nutrición.

Las conclusiones del estudio, que fue realizado en Alemania, fueron explicadas en el país por la especialista Rebecca Muckelbauer, quien disertó en el marco de las XI Jornadas Argentinas de Nutrición, que tuvieron lugar en la ciudad de Mendoza.

El estudio se llevó a cabo en las ciudades alemanas de Essen y Dortmund, y participaron 2.940 niños de 32 escuelas carecientes. Y se llegó a la conclusión de que beber agua tiene como beneficio disminuir en un 31 por ciento el riesgo de presentar sobrepeso.

Tal conclusión no es un dato menor en Argentina, donde según la última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, el 42 por ciento de los niños presenta sobrepeso.

Según lo analizado en las Jornadas desarrolladas en Mendoza, los líquidos que se consumen en el país se componen principalmente de bebidas azucaradas, por lo que los niños en edad escolar ingieren 208 calorías diarias adicionales.

La explicación que encontraron médicos y nutricionistas es que, mediante la ingesta abundante de agua se ocupa la capacidad del estómago y disminuye el apetito.

En el estudio realizado en Alemania, 1.641 niños se ubicaron en el grupo de intervención, y 1.309 en el grupo de control. Se colocaron bebederos en cada escuela y se informó a los grupos de intervención acerca de las bondades de hidratarse con agua. El riesgo de sobrepeso se redujo en un 31 por ciento en quienes habían recibido esa información sobre la importancia de tomar agua, en comparación con el grupo de control.

“Lamentablemente, esta iniciativa no encontró eco en las autoridades de nuestro país”, dijo en su disertación la médica alemana.

En Argentina, hay un programa desarrollado por una empresa privada de aguas, con el aval de la Sociedad Argentina de Nutrición, y fue elaborado por un equipo multidisciplinario.

El presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), Eduardo Ridner, señaló que el programa “es un puntapié inicial a una temática que no está en el discurso social, la del impacto que tiene la ingesta de líquidos en el marco de un plan integral de nutrición saludable”.

El programa fue creado hace cinco años, pero relanzado el año pasado como específico de hidratación y ha alcanzado a 200 mil niños, que reciben un manual de actividades, observan un video explicativo y analizan folletería didáctica.

Ridner contó que la SAN fue convocada por el Ministerio de Salud para la elaboración del Manual de Nutrición, que contempla la instalación de “kioscos saludables” en las escuelas.

El titular de la SAN dijo que “la bebida recomendable es agua, las saborizadas son aceptables, mientras que las no aceptables son las azucaradas de gran tamaño”. Y con relación a las bebidas “light”, expresó que son las que no tienen azúcar; en tanto que las aguas bajas en sodio sólo son indicadas para las personas que necesitan dietas extremadamente restringidas. En ese sentido, aclaró que la proporción de sodio en las distintas clases de agua existentes en el mercado no resultan significativas.

Como dato surgido de las Jornadas, se destaca que “aumentar el consumo de agua durante 15 días ayuda a incorporar hábitos de alimentación saludable”. Esa es la recomendación que hace la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas (AADYND), como base de una experiencia piloto destinada a personas con baja ingesta de líquidos.

Para alcanzar una ingesta ideal de líquidos, se recomienda que los adultos beban ocho vasos de agua por día, que podría distribuirse de la siguiente manera:

* Un vaso por la mañana, en ayunas.
* No esperar a sentir sed.
* Tener siempre en el escritorio, el auto o la mochila una botella de agua cargada.

Quienes deben hacer mayor hincapié en el “esfuerzo” de beber agua son los adolescentes y los adultos mayores, estos últimos, en especial, ya que a medida en que la edad avanza, el impulso a hidratarse suele ser menor.

En materia de sobrepeso u obesidad, la cifra global alcanza al 53,4 por ciento de la población, informó la SAN, en base a la Segunda Encuesta Nacional de Factores de Riesgo.

Hay un estudio que respalda la idea de beber agua como estrategia para el descenso de peso, que se realizó en Estados Unidos con 4.755 personas. Aquellos que beben un litro y medio de agua por día acompañado por una alimentación saludable que contenga frutas, vegetales y lácteos descremados, poseen un gasto energético nueve por ciento mayor que aquellos que no beben ese volumen.

La denominada “Jarra de ingesta de líquidos de los argentinos” está compuesta de un 50 por ciento de bebidas con sabor e infusiones azucaradas, un 29 por ciento de bebidas con sabor e infusiones sin azúcar y el 21 por ciento restante por agua.

Una guía de ingesta saludable de agua recomienda que el azúcar no debe superar el diez por ciento del consumo energético diario, es decir, un máximo de 250 miligramos. Pero, si se tiene en cuenta el hábito argentino de endulzar las infusiones con azúcar, esa ingesta debería bajar a 25 gramos.

Un dato que no debería pasar desapercibido es que un desbalance del uno por ciento entre la ingesta y el gasto de calorías puede representar en diez años un aumento de 15 kilos de peso.

Nota con despacho de agencia Noticias Argentinas

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