La sesión empezó a las 11, pero tuvo tres cuartos intermedios y se reanudó 14 horas después, luego de intensas negociaciones. No se lo declaró “servicio público esencial”, que limitaba el derecho a huelga de los trabajadores ni se añadió el punto que estipulaba el cobro de un monto extra por cargar combustible en la Capital. Pero aumentarán los peajes de las autopistas porteñas, la patente para autos de alta gama y alícuotas de impuesto al sello y tasas de operaciones financieras e inmobiliarias.
La Legislatura porteña aprobó esta madrugada la ley de subtes, que oficializa el traspaso del servicio a la órbita de la Ciudad de Buenos Aires, luego de una intensa jornada de negociaciones y con una sesión que arrancó a las 11 y tuvo tres cuartos intermedios que postergaron 14 horas el debate en el recinto.
De las extensas negociaciones participaron los legisladores del macrismo, de la oposición, funcionarios del Ejecutivo porteño y los metrodelegados. Finalmente, pasadas las 3.15 de la madrugada, quedó sancionada la norma con 46 votos a favor y 13 en contra. Los votos positivos fueron de los bloques del PRO, Nuevo Encuentro, Frente para la Victoria, Frente Progresista Popular, Confianza Pública, Unión Cívica Radical, Sindical Peronista y Bases para la Unión. Los negativos fueron de los bloques Buenos Aires para Todos, Proyecto Sur, MST en Proyecto Sur y Coalición Cívica.
La ley oficializa el traspaso de las seis líneas de subte y el Premetro al Estado porteño y con esto debería concluir el conflicto que se desató entre la Ciudad y la Nación desde enero pasado cuando el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, decidió cancelar la transferencia.
La norma aprobada corresponde al proyecto presentado por el Ejecutivo capitalino, pero producto de las conversaciones se llevaron a cabo varias modificaciones, en especial en puntos que resultaban polémicos.
Se frenaron puntos como la declaración del subte como “servicio público esencial”, que restringía la posibilidad de que los trabajadores realizaran una huelga y penalizaba “la interferencia” de la circulación de las formaciones”.
También se descartó el artículo que obligaba a los trabajadores a brindar en un 60 por ciento el servicio cuando esté en curso un “conflicto colectivo de trabajo que derive en huelga del personal”.
Sin embargo, se mantuvo la exigencia de que los trabajadores comuniquen “con dos días de anticipación” las medidas de protesta a adoptar.
Además, se declaró el subte en “emergencia” por dos años con opción a uno más de prórroga, y no por cinco, como lo estipulaba el proyecto macrista. Este punto permite al Ejecutivo porteño hacer llamados a licitaciones o arreglos en la red de transporte sin necesidad de que ello cuente con la aprobación de la Legislatura.
Otro punto que se retiró fue el del cobro de un monto extra por cargar nafta por cargar combustible y GNC en las estaciones de servicio de la Capital para financiar la operatividad del serivicio.
No obstante, los legisladores acordaron la creación de un “Fondo Subte” para el financiamiento de la red, que sea costeado a través de la suba de un 10 por ciento de los peajes de las autopistas porteñas y de hasta un 5 por ciento al pago de patentes a dueños de autos de alta gama.
Con esto, se compensa la no aplicación del impuesto a la nafta con un aumento de la alícuota en general del impuesto al sello del 0,8 por ciento al 1 por ciento; en tanto que la tasa de operaciones financieras iría del 1 al 1,2 por ciento, y de las transacciones inmobiliarias del 2,5 al 3,6 por ciento.
Además, se incluyó una reformulación de la cláusula de endeudamiento por parte del Estado porteño que habilita a la emisión de un bono por 300 millones de dólares que serán destinados “al financiamiento de inversiones, gastos operativos y gastos no operativos del sistema de subterráneos de la Ciudad”.
¿Qué dijeron los legisladores durante la sesión?
Desde el macrismo, el presidente de la Comisión de Obras y Servicios Públicos, Enzo Pagani, sostuvo que la “temática es trascendental, es parte de la esencia de esta ciudad”. Afirmó también que la ley “refuerza la autonomía de la Ciudad, para que tenga administración plena del servicio que es trascendental”. Y revindicó “el trabajo de los bloques para llegar al consenso necesario y el acuerdo con los metrodelegados”.
En el mismo sentido se expresó el vicepresidente Primero de la Legislatura, Cristian Ritondo, al destacar la “vocación positiva de la mayoría de los bloques para llegar a consensos” y agradeció a los metrodelegados “que no fueron violentos, porque no hubo patota y que fueron recibidos nueve veces en la Vicepresidencia”, a la vez que recordó que “si no salía la ley el 1° de enero el subte quedaba en el limbo”.
Desde la oposición, por el bloque Buenos Aires Para Todos habló el diputado Fabio Basteiro, que adelantó el voto negativo de su bloque en general pero acompañó en particular los artículos que establecen el traspaso. Criticó “el endeudamiento propuesto, la posición de seguir promoviendo ganancias para la empresa Metrovías”, al sostener que “ataca a los trabajadores” y agregó que su bancada “ha construido un proyecto de ley con objetivo de traspaso ordenado”.
En nombre del bloque Proyecto Sur, el legislador Rafael Gentili también manifestó que votarían en contra la ley en general, porque consideran que el servicio debe ser prestado por el Estado, porque no están de acuerdo de que “siga Metrovías hasta 2017, que sino tendrá derecho indemnizatorio” y afirmó que “el problema del subte no son los trabajadores como quiso hacer creer el jefe de Gobierno sino que el problema es Metrovías”. Pero sí avaló la bancada los artículos que establecen el traspaso a la Ciudad.
El diputado capitalino Alejandro Bodart, del Movimiento Socialista de los Trabajadores, se opuso a que el servicio siga siendo concesionado, ya que su posición es que sea estatal. En cambio Fernando Sánchez, de la Coalición Cívica, anticipó el voto contrario de la fuerza a la que pertenece ya que se opone a aumentar nuevamente “tarifas para financiar el subte, a que se piense en seguir con la concesión de Metrovías sin saber el resultado de la Auditoría”.
En nombre del interbloque kirchnerista, Gabriela Cerruti (de Nuevo Encuentro), manifestó su “orgullo de votar la ley de subtes” y agregó: “bienvenido el consenso cuando se refiere a derechos de los trabajadores” y destacó que “los metrodelegados aseguran que se han respetado las reivindicaciones laborales solicitadas”.
El jefe de la bancada del Frente para la Victoria en la Legislatura, Juan Cabandié, agregó que “se avanza hacia un mayor control del servicio” y que se logró “quitar el impuesto a las naftas, que es federal”, y manifestó que “si tiene que caer la concesión de Metrovías, que caiga”.
Luego el diputado porteño Rubén Campos, de la Unión Cívica Radical, también adelantó el voto a favor de su bloque para que “el subte esté nuevamente en cabeza de la Ciudad de donde nunca debió haberse ido”, aunque criticó la “connivencia entre el Estado Nacional y Metrovías que dejó a los coches en estados calamitosos”.
Nota con despacho de agencia Télam y Prensa Legislatura
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