El titular de Sbase planteó que “debería haber una tarifa única entre trenes, subtes y colectivos” en un área determinada. Y señaló que no será necesario poner micros para reemplazar la línea A mientras duren las obras de renovación de vagones.
Juan Pablo Piccardo, titular de Sbase
El titular de Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), la empresa del Gobierno porteño que tiene el control del subte, Juan Pablo Piccardo, aseguró que “por ahora” no se implementará una tarifa diferenciada en la hora pico del servicio, pero admitió que están en estudio “varias opciones”, entre ellas la de unificar los boletos de este medio de transporte con los trenes y colectivos.
El funcionario señaló en torno al aumento de la tarifa que “lo único concreto” es el llamado a audiencia pública para analizar llevar el precio del boleto a 3,50 pesos, valor que remarcó “intenta reflejar la inflación de 2012”.
Asimismo, aseveró que se mantendrán todas las tarifas especiales para estudiantes, jubilados y discapacitados, a la vez que destacó la intención de la Ciudad de ofrecer un servicio seguro y de calidad.
El titular de Sbase dijo que las alternativas que se evalúan buscan “beneficiar a la gente que lo usa de una determinada forma”, y que “debería haber una tarifa única entre trenes, subtes y colectivos en una banda determinada”.
No obstante, aclaró que aún “no hay ninguna decisión tomada”, por tratarse de “un tema muy complejo”. Y expresó que no se puede ser “cortoplacista” a la hora de definir este tipo de medidas. También recordó que el traspaso del subte a la órbita porteña aún es algo “muy prematuro”.
El funcionario manifestó que el Ejecutivo porteño estudia por estos días el sistema de tarifa plana y los sistemas que podrían combinarse, basándose en planes que funcionan en otras ciudades del mundo. Por ejemplo, en las brasileñas Río de Janeiro y San Pablo, existe un sistema de integración en el que los usuarios tienen un descuento para combinar el metro y los buses en horas pico.
En Río de Janeiro y San Pablo, en Brasil, por ejemplo, existe un esquema de integración en el que los usuarios tienen un descuento para combinar el metro y los colectivos en horario pico.
Piccardo hizo referencia, además, en declaraciones radiales, a la interrupción de la línea A que se concretó el sábado y se mantendrá hasta marzo para cambiar las formaciones y realizar la adecuación técnica del ramal. Planteó que necesario porque no se podía garantizar la seguridad con coches de 100 años.
Y sostuvo que no será necesario poner micros especiales para reemplazar la falta del servicio en la línea mientras duren las obras. En ese sentido explicó: “La evaluación que hicimos es que como es temporada baja en el subte, la caída de usuarios es de menos del 25 por ciento. Además la línea A tiene dos líneas paralelas, como la B, en la que pusimos más cantidad de coches que los habituales. Y lo mismo se hizo con la línea E. El 50 por ciento de los pasajeros podrían reemplazarlos con los mismos subtes”.
Sobre la relación con la concesionaria Metrovías, dijo que la Ciudad tiene diálogos con los directivos del grupo Roggio para intentar disminuir, en al menos uno 20 por ciento, los 1.400 millones de pesos de costo operativo que blanqueó.
Y con relación a la continuidad del contrato con la empresa, Piccardo dejó en claro que la concesionaria deberá aceptar las nuevas condiciones, y no descartó que, en caso de una negativa, el servicio pueda estatizarse. “Si Metrovías no acepta esas condiciones, la Ciudad tiene dos alternativas: buscar otro operador, que debe ser con prestigio y con capacidad, o estatizar el servicio. Lo podemos hacer con un concesionario o lo puede hacer el Estado. La discusión privado o público, en este tipo de concesiones, es vieja”, planteó.
Nota con despacho de agencia Noticias Argentinas
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