Tuvo respaldo casi unánime en la Cámara de Diputados. La
norma establece que las técnicas de reproducción de baja y alta complejidad
estarán comprendidas en el PMO, por lo que la prestación deberá ser gratuita en
hospitales, obras sociales y medicina prepaga.
La Cámara de Diputados de la Nación aprobó por gran mayoría
la ley de Fertilización Asistida, que garantiza a las parejas el acceso gratuito
y universal a los procedimientos y las técnicas de reproducción en todo el país.
Al ser sancionada, se garantizará el acceso de toda persona
mayor de edad, cualquiera sea su orientación sexual, a las técnicas de
reproducción médica de baja y alta complejidad. Estas técnicas estarán
comprendidas en el Programa Médico Obligatorio (PMO), es decir, como parte de
los servicios básicos que deben cumplir hospitales y prestadoras de obras
sociales y medicina prepaga.
La iniciativa también contempla los casos de menores de 18
años con problemas de salud que puedan ver comprometida su capacidad de
procrear en el futuro y autoriza al congelamiento de sus gametos o tejido
reproductivo.
La norma tuvo luz verde por 204 votos a favor, uno en contra
y diez abstenciones. El proyecto fue acompañado por el oficialismo y todos los
bloques de la oposición. Votó en contra el diputado bonaerense Julio Ledesma,
de Corriente de Pensamiento Federal, y se abstuvieron Federico Pinedo, Paula
Bertol, Gabriela Michetti, Jorge Triaca, Cornelio Schmidt Liermann, del PRO; Omar
de Marchi y Roberto Pradines, del Partido Demócrata Progresista; y Rodolfo Fernández,
de la Unión Cívica Radical.
La titular de la comisión de Acción Social y Salud Pública
de la Cámara Baja, María Elena Chieno, diputada del kirchnerismo, dijo que la
ley beneficiará a las familias que durante años debieron “hipotecar sus hogares
o vender sus bienes para poder tener un hijo”.
El proyecto fue votado el martes en comisión tras dos años
de dar vueltas en el Congreso, y tuvo el impulso de la ONG “Sumate a dar vida”,
que juntó 280.500 firmas para reclamar que sea tratado. Según la ONG, 1 de cada
6 parejas en el país sufre de infertilidad y no puede tener hijos.
El debate fue seguido de cerca desde los palcos por
organizaciones que están a favor de la masificación de los tratamientos, que
festejaron con aplausos y emoción la aprobación de la norma.
“La fertilización asistida es ley desde hoy. Más derechos,
más inclusión, mejor país. Felicitaciones a todas las ONG en general que
lucharon por la ley. Se la ganaron”, señaló la presidenta Cristina Fernández de
Kirchner en su cuenta de Twitter.
A través de un comunicado, César Cigliutti, presidente de la
Comunidad Homosexual Argentina (CHA), expresó que “esta ley sigue reivindicando
a argentina como el país que más respeta a la diversidad en Latinoamérica”. Esta
ONG fue la que solicitó al Congreso que no se discriminara a las parejas por su
orientación sexual. En ese sentido manifestó que “es una hermosa posibilidad
que tienen nuestras parejas para formar la familia que quieren”.
El senador del Frente para la Victoria Daniel Filmus, quien
impulsó el proyecto de ley en la Cámara alta, dijo que se trata de un “proyecto de
avanzada porque no exige constancia de infertilidad o estar en pareja, no
discrimina por género o edad e incluye técnicas de alta complejidad”.
“Actualmente entre un 10 y un 15 por ciento de parejas en
Argentina no pueden acceder a estos métodos por no contar con los recursos
económicos necesarios para ello”, puntualizó durante el debate la diputada del
Frente Amplio Progresista Virginia Linares.
Los tratamientos tienen un costo promedio de unos 4.000
dólares, por lo que las parejas de medianos o bajos recursos no encuentran otro
camino que endeudarse, y otras ni siquiera pueden intentarlo.
La diputada radical María Luisa Storani aseveró: “Hubo lobby
de todo tipo, pero finalmente logramos que tenga tratamiento un proyecto
cajoneado durante años. Esta ley es el principio del fin de una práctica
desigual”.
Por su parte, Graciela Iturraspe, diputada de Unidad
Popular, destacó que se trata de “una ley que apela a la necesidad de mirar al
ser humano, a las emociones que tiene cada hombre o mujer, que ve postergado su
deseo de paternidad o maternidad, su deseo de ser familia”.
A su turno, el diputado kirchnerista Jorge Rivas planteó que
“la aprobación de la ley de Fecundación Asistida que aprobamos hoy representa
un gran avance en materia de ampliación de derechos, para cuyo logro hubo que
superar, entre otras dificultades, los penosos obstáculos oscurantistas que
opuso la Iglesia Católica”.
“El Parlamento está saldando una deuda con la sociedad”, afirmó
la flamante titular del bloque del Frente para la Victoria en Diputados,
Juliana Di Tullio, al cerrar la discusión. Y añadió que “a partir de esta norma
todos tienen derecho a decidir sobre el tamaño de sus familias”.
A esta norma podrán agregársele nuevos procedimientos, de
acuerdo a los avances científicos que sean autorizados por el ministerio de
Salud de la Nación.
Entre los cambios que introdujo el Senado al texto original,
antes de aprobarlo en abril y que llevó a que volviera a la Cámara Baja, está
la posibilidad de que Salud tenga la facultad de capacitar a los profesionales
y que se incluya una partida presupuestaria para realizar campañas de promoción
sobre la nueva legislación.
La norma crea, a su vez, un registro único en el que deben
estar inscriptos todos los establecimientos sanitarios habilitados para
realizar estas prácticas, así como aquellos donde funcionen bancos receptores
de gametos y embriones.
Pero no todos parecen felices con la sanción de la norma. La
cámara que reúne a una veintena de empresas de medicina prepaga la calificó de “irresponsable”.
“Creo que es una irresponsabilidad de parte de los legisladores sancionar una
ley sin saber cómo se va a financiar. Lo que va a pasar es que el costo se va a
prorratear entre todos los usuarios del sistema”, expresó el director ejecutivo
de la entidad, Federico Díez Mathé.
Nota con despachos de agencias Télam, Noticias Argentinas, AP y AFP
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