ANÁLISIS – El escenario con vistas a octubre muestra al kirchnerismo complicado. Y el frente de centroizquierda UNEN amenazaría la hegemonía del macrismo en la Ciudad.
El domingo
terminó el primer tiempo de un partido que se definirá el 27 de octubre, cuando
se llevan a cabo las elecciones generales que configurarán el rumbo y la
conformación del Congreso. Pero parece difícil que el resultado de la primera
etapa cambie bruscamente en el complemento, lo que colocaría al Gobierno
Nacional en un escenario complicado.
En lo que
respecta al resultado general de estas Primarias Abiertas Simultáneas y
Obligatorias (PASO), el Frente para la Victoria volvió a ser la fuerza más
votada en todo el país como consecuencia de una oposición que no logró
unificarse, pero, como en 2009, sufrió reveses en los cinco distritos fuertes
del país, como también en otros más chicos.
Los números
son menores a los esperados por el oficialismo a nivel nacional, lo que
cerraría la posibilidad de instalar la discusión de la búsqueda de otra
reelección de Cristina Fernández de Kirchner en 2015. Y abriría la puerta a
otras alternativas en las próximas presidenciales.
En la
estratégica provincia de Buenos Aires ganó Sergio Massa con su Frente Renovador,
que superó por 6 puntos al candidato de Cristina, Martín Insaurralde. El
interrogante que se abre con este escenario es saber si los números del
intendente de Tigre son un piso, ya que podría ampliar su ventaja en octubre, y
en el caso del intendente de Lomas de Zamora, si se trata de un piso o un
techo.
En la
Ciudad de Buenos Aires, para los dirigentes del PRO el resultado parece
agridulce, ya que la cosecha de votos fue menor a la esperada a partir de la
buena elección hecha por el frente de centroizquierda UNEN. Porque si bien
ratificó una vez más que es la fuerza favorita en el distrito, este nuevo
espacio que surgió para las PASO se impuso en el recuento total de votos. Y fue
una de las sorpresas de estos comicios.
El panorama
en la Capital para el kirchnerismo es complejo, ya que corre riesgo de perder
la banca de Daniel Filmus en el Senado (si los resultados de estas elecciones
se confirman en octubre, entrarían los macristas Gabriela Michetti y Diego
Santilli y Pino Solanas, del frente UNEN). En tanto que en la Cámara de
Diputados, el candidato Juan Cabandié aparece en el tercer lugar.
Es que con
el frente UNEN, una de las pocas fuerzas en el distrito que dirimió en internas
a sus candidatos, la oferta electoral resultaba atractiva para el votante
porteño, algo que se hizo visible a partir del notorio corte de boleta. Así fue
que el candidato macrista para la cámara de diputados, el rabino Sergio
Bergman, quedó por alrededor de cuatro puntos por debajo que Michetti. Algo
similar ocurrió con la lista de Coalición Sur dentro de UNEN, ya que Carrió
superó cómodamente al ex ministro de Economía Martín Lousteau (de Sumá +),
Ricardo Gil Lavedra (Juntos) y Leandro Illia (Presidente Illia), pero Pino
superó por menos luz a Rodolfo Terragno, Alfonso Prat Gay y César Wehbe.
Por ende,
si los votos de los candidatos de ese frente que no resultaron vencedores en la
interna se vuelcan a la lista ganadora, podrían derrotar tanto al kirchnerismo
como instalarse como una alternativa al macrismo.
En la
Capital Federal están en juego 13 bancas de la cámara de Diputados y las 3 del
Senado. Además del PRO, del Frente para la Victoria y UNEN, lograron estar por
encima del piso de 1,5 por ciento de votos que establece la ley el Frente de
Izquierda (Dellecarbonara para el Senado, Altamira para Diputados),
Autodeterminación y Libertad (Luis Zamora para la Cámara Baja), Camino Popular
(Claudio Lozano para la Cámara Alta) y Compromiso Federal, de los Rodríguez
Saá.
No sería
correcto hablar de que el resultado adverso que consiguió el kirchnerismo en
estas PASO de pie a una “transición”, como dijeron minutos después de conocidos
los números y en la semana algunos dirigentes opositores y comunicadores, ya
que Cristina todavía tiene dos años de mandato.
Lo que sí
quedará marcado después del 23 de octubre es el nuevo Congreso, y lo que se
empezará a hablar, tanto dentro del Gobierno como en la oposición, es la danza
de nombres para 2015. Se verá si la mandataria decide escoger a un delfín para
sucederla (parece difícil que se instale una vez más una posibilidad de
reelección). Pero también influirán otros factores, como la marcha de la economía y la
inseguridad.
Por lo
pronto, y tal como ocurre desde el domingo horas después de conocidos los
números, Cristina no reconoce la derrota y parece dispuesta a redoblar la
puesta, algo que evidenció al manifestar: “Vamos a seguir profundizando esta
transformación porque es nuestra obligación”, por lo que no se muestra
dispuesta a modificar el rumbo de su gestión.
El 27 de
octubre, cuando se juegue el segundo tiempo y defina el escenario de los
próximos dos años, se renovarán 24 bancas del Senado y 127 de la Cámara de
Diputados.
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