La agencia Télam publicó ayer un despacho titulado “Se
imponen las cadenas de comida rápida que exaltan la argentinidad”, en el que cuenta
que hay casas de fast food nacionales que se diferencian con la oferta de
platos típicos del país y logran persistir bien en el tiempo frente a las
cadenas internacionales con las que compiten. La nota, que incluye impresiones
de Panorama Ciudad:
Se imponen las cadenas de comida rápida que exaltan la argentinidad

La oferta de platos típicos del país -denominada “argentinidad”-
es el eje de diferenciación que utilizan a modo de gancho las nuevas cadenas
argentinas de comida rápida para diferenciarse de sus competidoras
internacionales.
Muchas de ellas, de origen familiar, sobreviven a través de
distintas generaciones gastronómicas y exaltan la pertenencia local denominando
a sus productos con el nombre de figuras del arte y la música popular
argentina.
El economista Damián Di Pace, autor del libro “El futuro del
comercio minorista en Argentina”, consideró que las casas de venta de
hamburguesas, panqueques, panchos, empanadas e incluso las pizzerías están
englobadas bajo la clasificación de comida rápida.
“Hay muchos formatos, desde cadenas completas hasta pequeños
emprendimientos individuales que comprenden un buen volumen de mercado”,
explicó.
“Hay fast food en las estaciones de servicio, en las casas
de hamburguesas y panchos, en sectores especiales de las rotiserías, en el
sector congelados de los supermercados”, ejemplificó.
Dijo que hasta los kioscos que venden estos productos, a
través de una máquina panchera y una carlitera (para elaborar panqueques) se
incluyen en la categoría de casas de comidas rápidas.
Algunas cadenas de comidas rápidas se extienden a través de
franquicias y otras simplemente son sucursales de una misma firma.
Las franquicias gastronómicas son las que empujan a ese
modelo comercial, ganándole a las franquicias indumentarias y de calzado,
explicó el especialista.
Algunas de esas franquicias crecieron bajo el formato
exportador, como el caso de las empanadas y otras se extienden por el
territorio nacional.
Un ejemplo de cadena nacional surgida en 1965 es “Lo de
Carlitos” que nació en Villa Gesell en 1965 y se extendió por todo el país a
través de 30 locales.
Se trata de una empresa familiar fundada por Carlos Ciuffardi,
ya fallecido, y ahora continuada por sus hijos, que la extendieron por todo el
territorio y últimamente abrieron un local en la localidad bonaerense de
Escobar.
“Mi papá empezó como empleado, luego se convirtió en socio. Creó
cerca de 300 panqueques salados, dulces, naturistas y vegetarianos a los que le
puso el nombre de figuras del espectáculo y la cultura nacional que visitaban
el local de Villa Gesell”, rememora su hijo Carlos Alberto.
“Nuestros productos son comida rápida pero casera. También
elaboramos hamburguesas, sándwiches y licuados y competimos por la calidad de
los productos empleados”, afirmó.
A su turno, el secretario de la Confederación de la Pequeña
y Mediana Empresa (CAME), Vicente Lourenzo, destacó el crecimiento de cadenas
como las Nac & Pop, que partieron de la comercialización de panchos y se
extendieron al resto de las comidas rápidas.
“Algunas de estas cadenas nacen y mueren pronto”, en tanto
que otras persisten en el tiempo, “como el caso de las pequeñas parrillas abiertas
las 24 horas”, detalló.
Fuente: Agencia Télam, domingo 22 de septiembre de 2013
Nota: Se imponen las cadenas de comida rápida que exaltan la argentinidad (reproducida por Yahoo! Argentina)
Una pausa, al paso, en medio de la movida rutina diaria
Impresiones. Por Facundo Cornejo
Para la gran mayoría, el día es movido desde que lo comienza
hasta que se va a dormir. Salir cada vez un poco más temprano para llegar a
tiempo a los lugares de trabajo o estudio y moverse un lado al otro en la
Ciudad obliga a que se resignen cada vez más esos ratos de tranquilidad que
forman parte del día a día. Y comer no está exento de esos ratos que se
resignan. Algunos tienen una hora de almuerzo, otros menos tiempo. Por eso
puede se puede sostener que el 87 por ciento de los porteños come “al paso” más
de una vez por semana, preferentemente hamburguesas y salchichas, como lo reveló
una encuesta privada hace cuatro meses. Se gasta un poco menos y se come rápido,
para poder seguir con el resto de las obligaciones. Por eso se explica que ese
mercado crece al 8 por ciento anual y que tiene cada vez más alternativas para
elegir, entre las conocidas cadenas internacionales y las locales que van
ganando terreno con el paso del tiempo, e incluso opciones rápidas saludables.
Rápido y no tan caro parece ser la sumatoria que hace que la gente siga eligiendo
esas casas y, por ende, ese mercado siga creciendo.
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