Taxi para pocos: Ahora la bajada de bandera cuesta 11 pesos y 1,10 la ficha en horario diurno. Y por la noche 13,30 pesos que el reloj deje de marcar libre y 1,30 la ficha.
El reciente aumento del 11 por ciento en la tarifa de taxis
en la Ciudad, que rige desde el domingo, convierte a este servicio del
transporte público de pasajeros en cada vez más exclusivo en lo que respecta a
costos para el usuario, ya que en los últimos 10 años aumentó un 900 por
ciento.
La tarifa de taxi, que la fija el Gobierno porteño y fue
debatida en una audiencia pública que no es vinculante, es el servicio que más
aumentó en los últimos años, y que prácticamente acompañó la evolución de la inflación,
si se tiene en cuenta la medición de las consultoras privadas y que es
notoriamente superior a la del INDEC.
Para graficar el incremento, el tradicional viaje entre el
Obelisco y la estación de trenes de Retiro, que tiene una distancia de 2,5 kilómetros
en el centro porteño –unas 25 cuadras- pasó a costar 29,70 pesos, lo que
equivale casi a 12 pasajes de subte y 18 de colectivos.
Si ese viaje se hace de 22 a 6, que tiene tarifa
diferenciada nocturna, ese mismo trayecto equivale a 14 boletos de subterráneos
y 21 de bondi (obvio, si se paga con la tarjeta SUBE), y sin tener en cuenta el
costo adicional por el servicio de radiotaxi.
Desde la oposición porteña señalan que estos aumentos se
deben a la muy buena relación que tendrían el gobierno de Mauricio Macri y el
sindicato de peones de taxi liderado por Omar Viviani.
En cada aumento de esta tarifa, casi todo el beneficio va a
parar a los propietarios, ya que los alquileres se incrementan en la misma
proporción, en tanto que en las primeras semanas cae notoriamente el uso de
este medio de transporte, resultando perjudicados los choferes.
El diario Página/12 en su edición de ayer dio cuenta de que
en marzo de 2003 un viaje desde el Obelisco hasta la estación ferroviaria de
Retiro costaba 3,50 pesos en taxi, es decir, la bajada de bandera más 17 ficha.
Ese mismo trayecto en subte salía entonces 70 centavos.
Pero luego llegó el primer incremento de tarifas desde
diciembre de 1996, y fue de un 14 por ciento. Y después le siguieron 14
aumentos más, por lo que aquel viaje de 3,50 pesos hace 10 años actualmente
cuesta casi los 30 pesos en horario diurno y 35,60 por la noche.
El alza del 11 por ciento que entró en vigencia este domingo
lleva de 10 a 11 pesos la bajada de bandera de 6 a 22, y de 1 peso a 1,10 pesos
la ficha, es decir, por 200 metros de recorrido o por minuto de espera. Por
ende, el viaje Obelisco – Retiro tuvo un incremento del 748,5 por ciento en 10
años y medio.
Si se considera el horario nocturno, discriminación horaria
que no existía en 2003, la suba es del 916,5 por ciento. Con el último aumento,
tomarse un taxi de 22 a 6 cuesta 13,3 pesos la bajada de bandera y 1,3 pesos la
ficha.
Y si a esa cifra se le suma el adicional por llamar al radiotaxi, que equivale a seis fichas, ese viaje trepa a 36,3 pesos durante el día
–un 937,1 por ciento más que en 2003-, y 43,4 pesos en horario nocturno, es
decir una suba del 1.140 por ciento.
La subsecretaría de Transporte capitalina justificó en un
comunicado el alza al argumentar que la tarifa estaba desactualizada por los
“incrementos en los insumos y costos involucrados que repercuten negativamente
en la ecuación económico financiera de la actividad”.
En la Ciudad rige desde el 1° de marzo de 2011 la Ley 3622,
más conocida como Ley de Taxis, que establece que el Ejecutivo porteño debe
mantener actualizada la tarifa para garantizar los niveles de servicio, y que
la revisión y actualización –si corresponde- debe hacerse cada seis meses,
previa audiencia pública, que al ser no vinculante los valores que se
implementan son aquellos fijados por el Gobierno capitalino.
Desde el sector cuentan que la mayoría de los insumos
utilizados para el mantenimiento de los autos sufrió aumentos de precios. Y que
también hay un aumento constante en los valores de los vehículos cero
kilómetro.
Estos aumentos tarifarios en el taxi puso en evidencia la
enorme brecha que existe entre este servicios y los subtes y colectivos, ya que
los boletos de estos dos últimos están subsidiados por el Estado nacional.
Los taxistas plantean que este incremento, además de
representar mayores ingresos para los trabajadores del gremio, les permitiría
brindar un “mejor servicio”, pero la suba de este domingo sería un arma de
doble filo, ya que genera temores de que esta escalada en la tarifa “ahuyente”
a los usuarios, y en consecuencia, se pierdan pasajeros.
Nota con información de los diarios Página/12 y Clarín
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