Son 29 los imputados. Además de los ex responsables del área de Transporte, hay otros ex funcionarios, los empresarios de la entonces concesionaria TBA Claudio y Mario Cirigliano y el maquinista Marcos Córdoba. El juicio se extenderá al menos un año, ya que se prevé que declaren 300 testigos.
Los ex funcionarios estuvieron en la primera audiencia. A pocos metros, los familiares de víctimas reclamaban justicia. (Foto: CIJ)
A poco más de dos años de la tragedia de Once, el accidente
ferroviario en el que murieron 51 personas, comenzó el juicio en los tribunales
de Comodoro Py con los ex secretarios de Transporte de la Nación Ricardo Jaime
y Juan Pablo Schiavi; los empresarios Claudio y Mario Cirigliano, de Trenes de
Buenos Aires (TBA), la entonces concesionaria de la línea Sarmiento; y el
maquinista Marcos Antonio Córdoba, sentados entre los 29 acusados.
La sala en la primera sesión del juicio, que comenzó pasadas
las 11.30, estaba llena, con familiares de las víctimas ubicadas fuera del
recinto con pancartas en las que sólo se leía la palabra “Justicia”. Tanto
Schiavi como otros acusados, al ingresar, se toparon con los seres queridos de
los fallecidos en la tragedia.
En la primera audiencia se dio lectura del requerimiento de
elevación a juicio que hizo el fiscal Federico Delgado, en el que se acusa no sólo
por el accidente ferroviario sino también por la presunta administración
fraudulenta de millones de pesos en subsidios que recibía TBA de manos del
Estado Nacional.
Según la investigación, dichos fondos no iban destinados
para mejorar el servicio, sino que parte del dinero se desvió hacia empresas tercerizadas
que estaban presuntamente en manos de los hermanos Cirigliano.
“Esa complicidad, probablemente anclada en un pacto entre
TBA, la CNRT (Comisión Nacional de Regulación de Transporte) y la Secretaría de
Transporte, disolvió cualquier chance de control real. Esto significa que la
instancia de control alcanzó un simple plano formal que no llegó a ser real”,
sostuvo el fiscal.
Con relación al maquinista, Delgado señaló en su pedido de
elevación a juicio que “ingresó a la estación a una velocidad mayor a la
permitida y con el dispositivo de seguridad ‘hombre muerto’ desactivado”, por
lo que “fue imprudente en su arte o profesión”.
“La tragedia permaneció en estado de latencia hasta el 22 de
febrero de 2012, podría haber ocurrido antes o después”, aseveró el fiscal en la
elevación a juicio.
Los 29 acusados estuvieron presentes en la primera audiencia,
ya que están obligados a hacerlo, como también lo deberán hacer en alguna específica
durante el proceso. El juicio se extenderá no menos de un año, ya que hay
previstos unos 300 testigos para declarar.
Previo a la audiencia, Paolo Menghini, padre de Lucas, uno
de las víctimas de la tragedia, dijo que se trató de “un día tristemente
importante porque cierra dos años de búsqueda del juicio oral”, aunque dejó en
claro que “no cierra la búsqueda de justicia”.
Asimismo, ratificó “la responsabilidad de los ex
funcionarios y empresarios” acusados y expresó que espera contra ellos “un
fallo condenatorio”, a la vez de “un juicio que tenga la transparencia y claridad”
porque “todos necesitamos para reconciliarnos con la Justicia”.
Schiavi fue uno de los pocos ex funcionarios que ingresó por
la puerta principal, donde en ese momento había un grupo de familiares de víctimas
con carteles, quienes gritaron a coro un reclamo de “Justicia”.
Pero al resto de los ex funcionarios, entre ellos Jaime, recién
se los pudo ver en la entrada de la sala de juicio, lo que indica que
ingresaron por un acceso lateral. Lo mismo hicieron los hermanos Cirigliano.
El Tribunal, integrado por los jueces Rodrigo Giménez
Uriburu, Jorge Alberto Tassara y Jorge Luciano Gorini, informó, apenas empezada
la sesión, que, por la renuncia de dos de las cabezas de querella tras un
acuerdo económico con TBA (la de los abogados Marcelo Parrilli y María del
Carmen Verdú y la de Miguel Ángel Arce Aggeo) algunos familiares de víctimas
habían sido reasignados al abogado Javier Moral.
Por ende, quedaron en pie las querellas de Moral, de la
familia Menghini Rey, representante de Lucas –fallecido en el hecho- y las del
abogado Gregorio Dalbón, aunque en este último caso podría cerrar un acuerdo
con TBA en el futuro.
Según citó la agencia Noticias Argentinas, por el momento la
mayoría de los querellantes (aproximadamente un centenar) siguen, más allá del
acuerdo económico extrajudicial con la concesionaria TBA. En ese sentido, la
querella de Menghini Rey tiene una veintena de representados, en tanto que la
de Dalbón un poco más de medio centenar y la de Moral, casi 50. La fiscalía está
a cargo de Fernando Arrigo.
En una tercera fila de la sala se ubicaron Antonio Luna, ex
subsecretario de Transporte Ferroviario; Antonio Sícaro y Pedro Ochoa, ex
titulares de la CNRT, organismo contralor.
Según hizo referencia la agencia NA, inicialmente el
Tribunal había dispuesto que se sentaran Schiavi al lado de Cirigliano, pero
colaboradores del empresario hicieron gestiones para evitarlo, sobre todo para
que no haya una foto que los mostrara juntos.
El resto de los acusados son Luis Alberto Ninoná, Daniel
Guido Lodola, Miguel Werba, Antonio Marcelo Ricardo Suárez, Laura Aída
Ballesteros, José Doce Portas, Pedro Roque Raineri, Francisco Adalberto Pafumi,
Oscar Alberto Gariboglio, Víctor Eduardo Astrella, Daniel Fernando Rubio,
Carlos Esteban Pont Verges, Alejandro Rubén Lopardo, Jorge Alberto De los
Reyes, Guillermo Alberto D´Abenigno, Jorge Álvarez, Sergio Daniel Tempone,
Carlos Alberto Lluch, Marcelo Alberto Calderón, y Roque Ángel Cirigliano.
Cuando el reloj marcó las seis de la tarde, la sesión
finalizó. Se reanudará el próximo martes para seguir dando lectura de la
elevación a juicio de las querellas, ya que si bien las jornadas de audiencia
serán los lunes y martes, el 24 de marzo es feriado.
Acusados y familiares de las víctimas almorzaron en el comedor de Tribunales, sin cruces
Un grupo de familiares de víctimas y los ex secretarios de
Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, imputados en el juicio,
estuvieron a pocas mesas de distancia durante el almuerzo en el comedor de los
Tribunales federales de Comodoro Py, pero todo transcurrió sin cruces y en un
clima de respeto y tranquilidad.
Otros acusados, como los empresarios Cirigliano, optaron por
comer fuera de los Tribunales durante el receso dispuesto por los jueces, para
luego volver al recinto, ante el temor de algún cruce, algo que finalmente no
ocurrió.
Nota con despachos de agencia Noticias Argentinas
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