La rutina del viernes se vio más alterada que lo habitual
por un paro de colectivos dispuesto por la Unión Tranviarios Automotor (UTA),
que afectó a las principales líneas del Gran Buenos Aires y dejó sin transporte
a miles de personas en toda el Área Metropolitana en un día que estuvo pasado
por agua.
El paro fue decidido como consecuencia del asesinato en
ocasión de robo de un chofer de la línea 56, llamado Leonardo Paz, de 22 años,
que tuvo lugar en la localidad bonaerense de Villa Celina, La Matanza. Y se
dispuso entre las 12 del mediodía y las 12 de la noche para todas las líneas
que circulan en el Gran Buenos Aires, muchas de las cuales tienen recorrido
mixto, es decir, circulan, llegan o tienen cabecera en la Capital Federal.
En horas del mediodía, cuando inició la medida de fuerza, el
cielo estaba negro en la Ciudad y alrededores, que fue el preludio de la fuerte
lluvia que se registró en la región y que fue pronosticada.
El paro y el mal tiempo eran un caldo de cultivo para un día
muy complicado, por lo que muchas oficinas del sector público, pero también del
privado, dispusieran terminar la jornada laboral mucho antes de lo habitual
para posibilitar el retorno a los hogares.
Después del mediodía, las únicas líneas que siguieron su
funcionamiento con normalidad fueron las que tienen cabecera, recorrido y
terminal dentro de los límites de la Ciudad, a excepción de las pertenecientes
a la empresa DOTA –la misma de la 56- donde se produjo el crimen.
Las unidades circulaban repletas de gente que se debió mover
como en un tablero de ajedrez para llegar a sus casas. Las terminales de
colectivos urbanos e interurbanos de Constitución, Retiro y Once estuvieron
repletas de personas que con paraguas, capuchas, bolsas o lo que tenían
intentaban protegerse de la lluvia mientras veían la forma de viajar.
Las alternativas para el regreso a casa, trenes, combis y
taxis, se vieron desbordadas por la demanda, sobre todo en la hora pico. Desde
el mediodía el tránsito en la Ciudad estuvo resentido. Y empeoró a la hora del
regreso.
“No soportamos más la inseguridad con que nos tenemos que
desempeñar a diario”, sostuvo el titular de la UTA, Roberto Fernández, y criticó
a “los gobernantes de la provincia” porque “sólo se dedican a postularse para
la Presidencia y se desentienden de la seguridad de los trabajadores”.
El gremialista lamentó la “falta de respuesta a las
innumerables denuncias realizadas por la UTA para reclamar mayores medidas de
seguridad” para los colectiveros en la provincia de Buenos aires, en especial
en el Conurbano.
En tanto que el vocero de UTA, Mario Caligari, justificó la
medida de fuerza a pesar del malhumor de los usuarios de colectivos y señaló
que “en el día de hoy (por ayer), por el paro, no vamos a tener ningún hecho de
inseguridad más”.
Desde el Gobierno Nacional, el ministro del Interior y
Transporte, Florencio Randazzo, calificó la medida de fuerza como “salvaje” y
pidió durante el transcurso del día su levantamiento.
Nota con despachos de agencias Télam y Noticias Argentinas
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