La presidenta Cristina Fernández de Kirchner inauguró ayer
en la avenida 9 de Julio una escultura en homenaje al cura Carlos Mugica, en
recuerdo del 40 aniversario de su asesinato, perpetrado por la organización paramilitar
de ultraderecha Triple A. En su discurso, rechazó el documento difundido por el
viernes la Conferencia Episcopal en el que los obispos señalaron que “la
Argentina está enferma de violencia”.
El acto se realizó por la tarde en avenida 9 de Julio y Juncal,
y tuvo una gran concurrencia de habitantes de villas y de militancia
kirchnerista. Allí se descubrió una escultura del artista plástico Alejandro
Marmo, quien también creó la de Eva Perón que está en el edificio del
Ministerio de Desarrollo Social.
La obra está construida en hierro y la imagen del sacerdote
se verá recortada sobre un fondo blanco y mira hacia la Villa 31 de Retiro,
donde Mugica ejerció su sacerdocio y fundó la parroquia Cristo Obrero en 1970.
Está ubicada en la plaza de la Unión Europea, en la intersección de la 9 de
Julio y Arroyo, y tiene la misma estética que el mural de Evita.
La escultura es la primera imagen que los automovilistas verán
al bajar de la autopista Illia, y tiene una visual de dos caras: se puede ver
desde un lado y otro de la emblemática avenida porteña.
Mugica “fue víctima de una Argentina violenta. Le tocó vivir
de joven en una Argentina donde se dirimieron las cosas a los tiros, con
bombardeos y con muertos, en una Argentina violenta en sefio”, dijo la jefa de
Estado para argumentar su crítica al documento emitido el viernes por el
Episcopado en el que alertó que el país “está enfermo de violencia” por los
episodios de inseguridad, linchamientos y agresiones en escuelas.
A lo largo de su discurso, contrapuso la obra realizada por
Mugica y la que actualmente hacen los curas villeros de las interpretaciones
que hacen los obispos y la jerarquía esclesiástica.
Del acto participó una gran parte del Gabinete nacional, y
si bien el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, había sido invitado,
confirmó horas antes que no asistiría, por lo que evitó compartir otro evento
con la mandataria. En su lugar fue el vicepresidente primero de la Legislatura
capitalina, Cristian Ritondo, quien estuvo en primera fila junto a la jefa de
la bancada kirchnerista en el Parlamento local, Gabriela Alegre, el
vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Mariotto, el diputado
nacional y referente de La Cámpora Andrés Larroque, el titular de la Cámara de
Diputados, Julián Domínguez y el secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli,
entre otros.
El padre Mugica, que se comprometió con la “opción por los
pobres”, fue asesinado a balazos el 11 de mayo de 1974 tras celebrar una misa
en la iglesia de San Francisco Solano, en el barrio de Villa Luro. El ataque
fue atribuido a la Triple A, y considerado como delito de lesa humanidad. Previamente
había sufrido amenazas de muerte y ataques, debido a su militancia social y política.
Nota con despachos de agencias Télam y Noticias Argentinas
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