Los trabajadores del ramal desarrollaron sus tareas a reglamento, por lo que hubo demoras de hasta una hora. Reclaman una “deuda” del Estado. El Gobierno Nacional consideró “demencial” el “quite de colaboración”. La medida podría repetirse durante toda la semana.
Los que pagan los platos rotos son siempre los miles y miles de
pasajeros que usan el tren a diario para ir a los lugares de trabajo o de estudio. Ayer, por una sorpresiva medida gremial dispuesta por la Unión Ferroviaria, hubo demoras en el servicio del Sarmiento de hasta una hora, y las
formaciones que circulaban desbordaban de gente, lo que provocó el lógico
fastidio de los usuarios y cruces a lo largo del día entre el Gobierno Nacional
y el gremialista Rubén “Pollo” Sobrero. Las negociaciones no avanzaron, por lo
que el plan de lucha se repetiría hoy.
La jornada se inició con un plan de lucha con quite de
colaboraciones que afectó notoriamente el servicio de la línea que une Once con
Moreno, en el oeste del Conurbano bonaerense. Según explicó Sobrero,
resolvieron en asamblea “trabajar a reglamento” para exigir el pago de una suma
de dinero que la operadora del servicio les adeuda.
Por la tarde, el delegado informó que habían “fracasado” las
negociaciones en el Ministerio de Trabajo de la Nación, por lo que hoy
continuarían las medidas de fuerza.
“Esta deuda ya la pagaron en todos los ferrocarriles, nos
sentimos discriminados”, señaló Sobrero y aseguró que “el trabajo a reglamento
va a generar grandes atrasos” en el servicio, lo que afectará una vez más a
cientos de miles de pasajeros.
Desde el Gobierno Nacional, la respuesta no tardó en
conocerse. El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, denunció
la “extorsión” y calificó la actitud “demencial” de los trabajadores
ferroviarios que llevaron adelante. Durante una conferencia de prensa en Casa
Rosada, visiblemente enojado, Randazzo manifestó: “A mi no me va a correr
Sobrero, prefiero irme de este Ministerio”.
El funcionario pidió “mil disculpas” a los pasajeros, y
explicó que los trabajadores del Sarmiento, algunos con “salario promedio de 20
mil pesos”, ahora “reclaman una indemnización de 300 millones de pesos por
haber pasado de TBA al Estado, cuando no se les tocó ni la antigüedad, ni las
vacaciones ni ningún otro beneficio adquirido”. Y precisó que “nunca estuvo en
riesgo la continuidad laboral, y no hubo ni un solo despido”.
El ministro hizo referencia a que los trabajadores del sector
recibieron un adelanto de dos mil pesos a cuenta de las negociaciones
paritarios, en medio de un reclamo de una suba del 40 por ciento.
Randazzo puntualizó, asimismo, que en el Sarmiento hubo, en
lo que va del año, unas “127.900 horas de paro”, cifra a la que llega a partir
de contar los 49 días que hubo medidas de fuerza, multiplicado por los 320 empleados
que tiene esa línea ferroviaria.
El impacto del plan de lucha iniciado en las primeras horas
de ayer es enorme, ya que después del ramal Roca,
el Sarmiento es el que más pasajeros transporta entre la Capital Federal y el
Gran Buenos Aires.
El quite de colaboraciones en todas las tareas que se
encuentren encuadradas en el convenio de la Unión Ferroviaria se llevará a cabo
“por una semana”, por lo que las formaciones saldrán “a medida de que se vayan
liberando, de acuerdo al convenio”, según palabras del delegado de la línea
Sarmiento Edgardo Reynoso.
La seccional oeste del gremio decidió la medida de fuerza
ante las “dilaciones” en la discusión salarial sobre el pedido de aumento de un
40 por ciento. Los trabajadores también reclaman el pago de “la deuda sobre las
liquidaciones ante la ley de tickets” y protestan contra “la falta de respuesta
sobre el pago de resarcimiento por cambio de razón social”.
Se informó, además, que los trabajadores votaron en asamblea
un paro para el martes 20 de mayo, con concentración en la estación de Once
donde se realizará una nueva asamblea y se le pondrá fecha a un paro por 24
horas para antes de fin de mes.
Nota con despachos de agencias Noticias Argentinas y Télam
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