Los desalojados del asentamiento Papa Francisco siguen acampando en la calle

Algunos acampan en el espacio que quedó entre el predio donde estaba la villa y el vallado sobre la avenida Cruz, mientras que otros lo hacen fuera del sector cercado, a la espera de que los dejen entrar. Ya no quedan detenidos por los disturbios. La Fiscalía pidió que se envíe a juicio a seis personas acusadas de organizar la toma.

Con lo que tenían, armaron carpas sobre el bulevar de la avenida Fernández de la Cruz.

A pesar de la jornada fría, ventosa y con lluvia, un grupo de personas mantiene un precario campamento en las inmediaciones del ahora vallado predio en el que se había establecido el asentamiento Papa Francisco, en el barrio de Villa Lugano, donde reclaman acceder nuevamente al lugar.

Se trata de unas 60 personas que no aceptaron ir a los paradores de la Ciudad ni se reubicaron por su cuenta en otro lugar y pasaron la noche del domingo y todo el lunes en la zona, sobre la avenida Francisco Fernández de la Cruz. Los ocupantes desalojados reclaman el ingreso al área donde estaba instalado el asentamiento, pero se encuentra vallado y custodiado por la Policía Metropolitana.

Es que la fuerza policial porteña delimitó un perímetro con vallas para impedir el acceso a los terrenos deshabitados. Algunas de las personas que han vivido allí acampan en el espacio que quedó entre el predio donde estaba el asentamiento, que se encuentra tapado con chapas, y el vallado sobre la avenida Fernández de la Cruz, mientras que otros acampan fuera del sector cercado, a la espera de que los dejen entrar.

Los familiares que están fuera del perímetro realizan ollas populares y acercan alimentos a los que están del otro lado de las vallas, como si fuera un muro.

“Estoy esperando que me dejen entrar. A la mañana salí temprano a buscar los documentos para demostrar que había sido censada y ahora no me dejan pasar. Tengo mis hijas de 15 y 13 años adentro”, le dijo Guillermina, una de las ex habitantes del asentamiento, a la agencia de noticias Télam.

Por su parte, Gladys, contó: “Yo estoy con mi familia en una carpa, hoy dije que tenía que salir, me tomaron los datos pero ahora no me dejan entrar”.

“Más allá de cuántos están de aquel lado o de este, todos quedamos en la calle. Lo único que nos ofrecieron fueron paradores y subsidios de 600 pesos por mes. No hubo y no hay ninguna propuesta que solucione nuestro problema” comentó Cristian, uno de los delegados del barrio que estuvo detenido 13 horas.

La jueza María Gabriela López Iñiguez defendió el operativo de desalojo realizado el sábado y señaló que “sólo quedan unos 20 hombres jóvenes acampando en las inmediaciones que se niegan a aceptar cualquier tipo de ayuda”. En declaraciones difundidas por el Departamento de Información del Poder Judicial de la Ciudad, la magistrada manifestó que el procedimiento “se realizó sin incidentes, sin resistencia y sin heridos”, pese a que hubo vecinos y legisladores con heridas de balas de goma como consecuencia de los disturbios que se produjeron.

Según López Iñiguez, hubo “focos de resistencia” que surgieron “horas más tarde, cuando se iniciaron las tareas de liberación del predio con actividad de maquinaria, ante el acercamiento de personas que no se encontraban en la toma al momento de concretarse el allanamiento”. Ya no quedan detenidos por los disturbios.

Por su parte, el procurador general porteño Julio Conte Grand, dijo que se trata de “entre 30 y 50 personas” las que se encuentran acampando en el bulevar de la avenida Fernández de la Cruz. Y añadió que el sector donde los ex vecinos del asentamiento están instalados precariamente “está fuera” del área intervenida por la Justicia, por lo que se espera que sea objeto de “una nueva denuncia”

La Fiscalía solicitó ayer a la Justicia porteña que envíe a juicio a seis acusados de organizar la toma del lugar. Entre los sospechados se encuentran Antonio Marcelo Chancalay, puntero que estuvo ligado al PRO, al Frente para la Victoria y a UNEN; Emmanuel Ríos y De Luca, vinculados al “Movimiento Evita”; y Martha Yané, quien trabaja en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, según precisó la agencia Noticias Argentinas.

El legislador porteño Gustavo Vera, del bloque Verde Alameda y allegado al Papa Francisco, contó que se comunicó por mail con el Pontífice, quien lloró cuando se enteró que el predio fue desalojado.

El asentamiento Papa Francisco fue desalojado en un operativo conjunto por la Policía Metropolitana y la Gendarmería Nacional tras una orden judicial emitida días después de que una joven de 18 años fuera asesinada en las inmediaciones durante un asalto y posteriormente fuera detenido un habitante del predio, que se levantó ilegalmente en febrero pasado en la avenida Fernández de la Cruz y Pola. Las humildes casillas que habían sido erigidas en esos terrenos fueron demolidas.

Nota con despachos de agencias Télam y Noticias Argentinas

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