Un hombre efectuó por lo menos 15 disparos con una pistola nueve milímetros, se atrincheró y se entregó tras negociar con el grupo GEOF.
Personal del grupo GEOF le apuntaba al agresor, que tenía las manos en alto, para que depusiera su actitud. (Foto: @pablo_costa)
Un hombre
de 47 años mantuvo en vilo a los vecinos de la zona de Las Cañitas y a la Policía
al atrincherarse armado en su departamento por dos horas tras haber efectuado
varios disparos a la calle, a los edificios de la cuadra e incluso dentro de su
propia vivienda en un aparente brote psicótico y estar bajo los efectos de
alcohol y medicamentos porque la novia lo habría abandonado por teléfono.
Decidió entregarse cuando se vio rodeado por el grupo GEOF, en un episodio en el que no
se registraron víctimas ni heridos.
De acuerdo
a lo que informaron fuentes policiales y judiciales, se trata de Javier del
Valle Valerio, de nacionalidad venezolana, que se entregó ante el personal del
grupo GEOF (Grupo Especial de Operaciones Federales) luego de que este cuerpo
de elite ingresara al edificio ubicado en Luis María Campos 86 y desde el techo
le apuntaran al hombre, que estaba en el balcón-terraza del piso 12, para
instarlo a deponer su actitud, algo que lograron sin consecuencias.
El inusual
episodio alertó y alteró la rutina matinal de los vecinos de esa parte de
Palermo. Los habitantes de esa cuadra escucharon los disparos que el hombre
hizo con una pistola nueve milímetros desde el departamento “B” del 12 piso
hacia edificios de enfrente e incluso hacia su propia casa.
Un vecino
de un edificio lindero vio al tirador en el balcón con un arma en su poder, y
le sacó una foto con su teléfono celular, que rápidamente circuló por las redes
sociales y los medios.
El agresor,
que tiene residencia en el país desde hace cinco años y según dijeron algunos vecinos sería un ex militar, pero otros trascendidos daban cuenta de que
sería comerciante, habría hecho los disparos como consecuencia de que su novia
lo abandonara por teléfono.
Según el
testimonio de un vecino a la prensa, a las 9.40 vio desde su vivienda cómo el
agresor realizó varias detonaciones, y que lo veía “fumar” y entrar y salir de
su balcón-terraza.
Los
efectivos de la Comisaría 31 de la Policía Federal, que tiene jurisdicción en
el lugar rápidamente acordonaron el lugar junto con el grupo GEOF por seguridad,
y pidieron a los vecinos que no salieran a la calle y no exponerse, e incluso
retiraron a los habitantes del piso 12 y el predio del Regimiento de Infantería
de Patricios, ubicado frente a donde vive el agresor. También se hizo
presente en el lugar el SAME, encabezado por su titular, Alberto Crescenti,
junto con cuatro ambulancias y un grupo de psicólogos, ya que el hombre
atrincherado estaba fuera de sí.
El grupo
GEOF rodeó el edificio, desde el piso inferior y superior al del agresor, y
desde la terraza del consorcio tomaron contacto visual con el agresor y
entablaron la negociación. Luego de dos horas de tensión y tránsito
interrumpido en la zona, depuso su actitud, puso los brazos en alto y se entregó.
Según señaló el comisario inspector Jorge Baldo, el grupo de operaciones hizo
esa maniobra distractiva para derribar la puerta e ingresar para detenerlo. Al irrumpir en el
departamento del tirador, que estaba solo, se encontraron botellas de whisky y
medicamentos.
Un jefe
policial contó que el hombre “estaba muy alterado, bajo los efectos del alcohol
o alguna droga y no podía mantener un diálogo coherente con nadie”. La misma
fuente añadió que “al principio el hombre le dijo a la Policía que iba a abrir
pero estaba tan mal que no le embocaba a la cerradura y se le caían las llaves
de la mano”.
Baldo
expresó que “aparentemente el hombre está de forma legítima en nuestra nación”,
comentó. Y añadió que fueron “no menos de quince disparos los que realizó” y
que “varios salieron por la puerta y otras por la ventana de su dormitorio y de
su cocina”, por lo que se realizarán “pericias tanto del inmueble como de
edificios linderos”.
El
comisario estimó que el hombre atrincherado entró en un “frenesí de locura” y
que “no sabe qué fue lo que pudo haber ocurrido para que reaccione de esta
forma”. Y dijo que, según la primera apreciación que hizo la psicóloga de la
Policía, “esta persona está verborrágica, evadía las preguntas que se le
realizaban y tenía un principio de psicosis”.
Con relación
al arma, si bien no hubo información oficial, se puso saber que no figura en
los registros del RENAR, sin embargo no tenía pedido de captura.
Por el
hecho, el hombre fue trasladado a la comisaría 31 de la Policía Federal, donde
permanecía detenido, a disposición del juez Santiago Quian Zavalia, del juzgado
de Instrucción 26. Interviene la fiscal de instrucción Viviana Fein.
Nota con
despachos de agencias Télam y Noticias Argentinas
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