El 70 por ciento de ellos dejan su hogar voluntariamente por motivos que van desde el maltrato, noviazgos o desempeño escolar, aunque el 95 por ciento logra ser reubicado tras uno o dos días de búsqueda. Son datos informados por el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Gobierno porteño.
Cada día, tres adolescentes se van de su casa en la Ciudad
de Buenos Aires. El 70 por ciento de ellos dejan su hogar voluntariamente por diversos
motivos, que van desde el maltrato puertas adentro, noviazgos o por desempeño
escolar, aunque el 95 por ciento logra ser ubicado tras uno o dos días de búsqueda.
Los datos, informados por el Consejo de los Derechos de
Niñas, Niños y Adolescentes del Gobierno porteño, surgen del Registro de Chicos
Perdidos del organismo. Su titular, Guadalupe Tagliaferri, precisó que el año
pasado 1.125 adolescentes se escaparon de sus viviendas y que es una cifra que
se mantiene constante desde 2010.
La funcionaria comentó que “la adolescencia es una etapa de
muchos cambios, por lo que es muy común que los chicos no se sientan
comprendidos por los adultos responsables de la crianza”.
En ese sentido, dijo que “tener siempre abiertos canales de
diálogo con nuestros hijos e hijas ayuda a que los adolescentes se sientan
comprendidos y que no vean como única salida posible para la resolución de los
conflictos con los padres el irse de la casa”.
Estas cifras ponen evidencian una problemática que quedó
visibilizada con el caso de la adolescente Carlina Savio, de 14 años, que
desapareció de su casa tras salir de su escuela y fue encontrada dos días después
junto a un hombre de 26 años. Y muchas veces el acceso a las redes sociales por
parte de los jóvenes la potencian.
Tagliaferri planteó que “no hay que demonizar Internet” y
que frente a ello “los padres deben advertirle a sus hijos los riesgos de
conversar con extraños inclusive en las redes sociales” y recomendó que hay que
“estar cerca sin que el adolescente sienta que se le está poniendo límites”.
“Los adultos no entendemos que los adolescentes son nativos
digitales y ellos incorporaron Internet a su vida cotidiana, entonces hay que
saber abordar una estrategia para decirles que si no quieren sacarse fotos
desnudos en la calle tampoco deben poner esas fotos ante un desconocido en Internet”,
añadió la funcionaria.
La titular del Consejo explicó que los adolescentes “una vez
que son ubicados se sienten abrumados, sobrepasados por tener que enfrentar un
mundo que no conocen, como es el de los juzgados o declarar en cámara Gesell,
mientras que en otros casos se sienten aliviados, ya que se escaparon de sus
viviendas por situaciones de maltrato”.
Contra lo que se cree, expresó que difundir la imagen del
adolescente que se pierde “no siempre es bueno” y detalló que la madre de
Carlina “primero hizo la denuncia policial, luego intervino la Fiscalía y el
Consejo y finalmente ella, por su propia cuenta, recurrió a los medios de
difusión”.
“Cuando un adolescente se va de su casa es porque no puede
verbalizar en su familia lo que les esta pasando afuera”, sostuvo Tagliaferri,
y precisó que en la franja que va de 15 a 17 años, contrariamente a lo que se
supone “son más los varones los que se escapan que las mujeres”.
En lo que respecta a la estadística de tres adolescentes que
se escapan por día, dijo que “no es algo para alarmarse porque es una cifra que
se mantiene constante en lo últimos años”, pero “sí es para preocuparse, porque
todavía hay 30 chicos que no pudimos encontrar”.
Nota con despacho de agencia Télam
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