Impresiones sobre una concurrencia que crece cada año.
Chicos de colegios públicos y privados recorren los diferentes stands de la Feria.
Los días de
la semana, en las primeras horas de la tarde, La Rural se asemeja a un gran
patio de colegio. Es que, cada jornada, apenas abre, numerosas escuelas pero
también grupos de adolescentes que van por su cuenta post clases, visitan la
Feria del Libro.
Si se recorren
los pabellones entre las dos y las cinco, los contingentes de colegios forman parte
del paisaje de la Feria, con maestras pidiendo a los chicos que no se alejen;
grupos que se dividen y recorren los puestos para luego reunirse, y no sorprende
ver a adolescentes con sus hojas número 3 respondiendo alguna consigna. Por
ejemplo, el martes dos chicas contaban pasos en un intento por saber cuánto
mide un stand.
Los stands
más visitados por los chicos son los de cómics, que suelen estar llenos durante
buena parte de la jornada. Pero también se acercan a los de ofertas, como una
chica con su uniforme de secundario que escarba entre los libros que están
cerca del suelo y saca uno, y mirando a una compañera le dice “¡mirá qué
librazo, mami!, por uno de Sherlock Holmes.
Las
ofertas, atractivas para chicos y no tanto, van de un libro por 20 pesos o 3
por 50 pesos, dependiendo del título y el autor. En otros se ofrecen promociones
de 1 ejemplar por 40 pesos o 3 por 100 pesos.
La
presencia de la Ciudad de Buenos Aires en la Feria del Libro es notoria, ya que
cuenta con varios stands. En el del Ministerio de Educación porteño hay un
pizarrón gigante en el que los chicos pueden pegar los clásicos papelitos Post
It para responder a la consigna “En una palabra la educación es…”. Y es
interesante tomarse dos minutos para recorrer lo que los adolescentes
plasmaron. Se pueden leer tanto mensajes que dicen que es “la base de todo”, “necesaria”,
“progreso”, “derecho”, “oportunidad”, “no mirar atrás” y otros más llamativos
como “lo opuesto a Macri”, “tortura”, “que te pongan un 1 en historia” o “Sanber”.
Otro
espacio de la Ciudad en la muestra elegido por los chicos es el que recuerda a
Gabriel García Márquez. Allí los visitantes dejan mensajes: “Nos vemos en
Macondo”, “Gracias, Gabo”, “Gracias por estos casi 100 años de no soledad”. Y del
otro lado hay una ruleta en la que se puede “descubrir la fortuna” en “la rueda
de Melquíades”, inspirada en Cien años de soledad.
Y en lo que
respecta a charlas y actividades, son un clásico las conferencias sobre “¿Cómo
elegir una carrera?”, dirigida principalmente a los estudiantes que están
terminando el secundario.
Por los enormes
stands de las grandes editoriales; por la Zona Futuro, la Zona Explora y el
Espacio Digital. Dentro y fuera de los pabellones. Comiendo y tomando algo, sacándose
selfies. Chicos por todos lados, solos o con su colegio o con sus padres. La
Feria del Libro, el máximo evento cultural de Buenos Aires, cada año atrae cada
vez más a los jóvenes. Según los datos de una encuesta realizada el año pasado
por la Dirección General de Estadística y Censo del Ministerio de Hacienda
porteño y la Fundación El Libro, 130 mil estudiantes primarios y secundarios de
unas 1.800 escuelas la visitaron en 2014. Y es una tendencia que este año,
afortunadamente, se sostiene y parece ir en aumento.
La 41ª edición
de la Feria del Libro transita sus últimos días, ya que cierra sus puertas el
lunes. Pero todavía hay tiempo de visitarla, una oportunidad para no dejar
pasar.
Toda la
información sobre la Feria, como su programación completa, está en http://www.el-libro.org.ar.
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