Condenan a 4 años de prisión al dueño del boliche Ku por darle droga a una mujer que murió de sobredosis

Eduardo Nadotti fue condenado por haber facilitado en forma gratuita la cocaína con la que murió Carolina Demczuk en el departamento del empresario en el barrio de Belgrano en 2006. Continúa en libertad hasta que se resuelva si el fallo queda firme.

El acusado, al escuchar la sentencia. (Foto cortesía Infojus Noticias)

El Tribunal Oral Federal 4 condenó ayer al dueño del boliche Ku de Pinamar, Eduardo Nadotti, por facilitarle drogas a Carolina Demczuk, de 28 años, que murió de sobredosis en el departamento del empresario en el barrio porteño de Belgrano en diciembre de 2006.

Los jueces Néstor Guillermo Costabel, Pablo Daniel Bertuzzi y Leopoldo Oscar Bruglia lo condenaron por “facilitación de estupefacientes con fines de consumo, en forma ocasional y a título gratuito en concurso ideal con facilitación a título gratuito del lugar para que se lleve a cabo tal conducta”, delitos contemplados por la Ley de Drogas 23.737. Por el momento, el empresario de 53 años seguirá en libertad hasta tanto se resuelva si la condena en su forma queda firme, lo que implicaría su inmediata detención. Además, se le aplicó una multa de 1.401 pesos.

El 23 de diciembre de 2006, Carolina Demczuk estaba en el departamento de Nadotti, en la calle Húsares 2255 del barrio de Belgrano, y falleció como consecuencia de una sobredosis de cocaína. De acuerdo con las pericias, la mujer murió tras descomponerse mientras se daba un baño de inmersión en la bañera momentos después de consumir drogas, aunque su cuerpo fue encontrado horas más tarde en el palier del edificio.

Según la acusación, la mujer llegó a las 5 de la madrugada y estuvo al menos siete horas consumiendo grandes cantidades de cocaína con Nadotti y una amiga que arribó un par de horas más tarde. Al descomponerse en la bañera, el empresario le ordenó a la amiga vestirla y dejarla en el palier y dio aviso a los guardias del edificio de que había una chica en el palier, pero sin prestarle ningún tipo de asistencia mientras que la joven que acompañaba a la víctima pedía una ambulancia. Pero la fiscal Gabriela Baigún no acusó por el delito de abandono de persona ya que no se probó si Carolina aún estaba con vida cuando fue dejada en el pasillo del consorcio.

A su vez, el Tribunal ordenó que se investigue a Nadotti por proxenetismo y el presunto encubrimiento policial. Es que, según consta en el expediente, nunca se inspeccionó el domicilio del acusado en busca de restos de drogas u otras pruebas.

En el juicio, Baigún había reclamado a los jueces una condena para Nadotti de ocho años de prisión, al considerar que la mujer no tenía medios para comprar la droga, y sí los tenía el empresario. “Se trató de un encuentro de sexo y drogas. Estuvieron juntos como mínimo siete horas. Por la cantidad de personas y la calidad de consumidores que los tres tenían, debía haber mucha sustancia”, sostuvo la fiscal en su alegato. Y añadió: “se demostró de una manera fehaciente el desprecio por la vida” por parte del empresario.

Ante la prensa, la representante del Ministerio Público, si bien consideró que el fallo fue “positivo desde el punto de vista que se trató de un veredicto condenatorio”, no quedó conforme con la evaluación sobre los agravantes al momento de fijar la pena. “No fue solamente suministrar droga a Carolina en su casa. Nadotti sacó a Carolina de la bañadera, ordenó que se la vistiera y se la colocara en el palier de la basura. Se trataba de una persona que la doblaba en edad (en ese momento tenía 44 años), que estaba en una situación de garantía respecto de Carolina”, comentó.

La fiscal aseveró que el empresario “sabía que ella era adicta a los estupefacientes y que sabía que a las cinco de la mañana se estaba trasladando desde (la localidad bonaerense de) Adrogué a la casa de él (en el barrio porteño de Belgrano) para consumir”.


Ayer, al dar sus últimas palabras, Nadotti aseguró que “nunca” le hizo mal a nadie y que “el día de hoy me pregunto por qué no fui yo el que se murió ese día”. “Tuve tiempo de depresión, de estar mal, de consumir. Hasta que un día pude pedir ayuda y salir de todo eso. Esa ayuda se la pedí a Dios y él me la dio”, dijo ante el Tribunal. La defensa apelará el fallo.

Los fundamentos de la sentencia serán dados a conocer el 29 de este mes.

Nota con despachos de agencias Télam y Noticias Argentinas

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