Una veintena de personas que pertenecen al Sindicato de Trabajadores del Subterráneo (STS) impidió la circulación de las formaciones. Hubo una orden de desalojo e intervino Infantería de la Policía Metropolitana. Tanto la UTA como los Metrodelegados se desligaron de la medida. Por el piquete fueron afectados unos 100 mil pasajeros.
Una veintena de trabajadores del subte interrumpió ayer
durante casi 13 horas el servicio de la línea C, que une Retiro con Constitución,
en rechazo a la instalación de máquinas expendedoras de boletos en las
estaciones. Pero la protesta, que complicó a miles de pasajeros en el arranque
de la semana, abrió un nuevo capítulo en la disputa gremial que se viene dando
bajo tierra desde hace largo tiempo, ya que tanto la UTA como los
Metrodelegados salieron rápido a desligarse de los manifestantes que crearon
una nueva agrupación y buscan ser reconocidos por Metrovías.
La confusa y sorpresiva medida comenzó a las 5, horario en que abre la línea C los días laborables. Los usuarios, de temprano, hicieron
largas colas en las paradas de colectivos de Constitución y de Retiro para
poder viajar. Según Metrovías, cada día hábil este ramal transporta unas 170 mil
personas y que por el piquete fueron afectadas unas 100 mil.
El delegado del nuevo Sindicato de Trabajadores de Subtes
(STS), Antonio Morales, justificó el corte de vías en la estación Constitución
para “repudiar la instalación de máquinas expendedoras de boletos y carga de
sistema SUBE, que implicaría una merma en la cantidad de personal” y reclamar
por la “falta de mantenimiento de las formaciones”. Pero la vocera de la
empersa Metrovías, Lucía Ginzo, afirmó que entre los manifestantes “había
algunos empleados y otros no”.
Las vías fueron liberadas cerca de las 18, cuando intervino
la Policía Metropolitana y desalojó al minúsculo grupo que las cortaba. “Vino
la Infantería y ante algunos golpes a algunos compañeros levantamos el corte.
Para que esto no sea una masacre, vamos a levantar el bloqueo, para que se
resuelva de manera pacífica”, sostuvo Morales, y añadió que había “150
detenidos”.
No obstante, el comisario a cargo del operativo, Ricardo
García Iriarte, rechazó los dichos del dirigente del STS e indicó que fue “un
operativo exitoso en el que participaron unos 40 efectivos y terminó sin
detenidos, ni lesionados”. “Estaban cometiendo una infracción, les comunicamos
la decisión de la Fiscalía 36 y ellos decidieron levantar la protesta”, completó
el funcionario de la Policía Metropolitana en declaraciones a la prensa.
Una vez que se restituyó el servicio, la empresa
concesionaria vinculó la protesta a reclamos gremiales y aclaró que hay “dos
gremios reconocidos”, refiriéndose a la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y a
la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro (AGTSyP), más
conocidos como los Metrodelegados. En referencia a la nueva agrupación, Ginzo
explicó que “el reconocimiento del sindicato fue rechazado por Metrovías por no
contar con los requisitos necesarios. El subte tiene 4300 empleados y dos
gremios reconocidos, es absolutamente repudiable que se haya hecho un piquete”.
Por su parte, Morales advirtió que habrá nuevos cortes,
aunque aclaró que las medidas se van a “evaluar y resolver en asamblea”, y
cuando se definan lo anunciarán “para no perjudicar tanto al usuario”. Y detalló
que el STS tiene personería jurídica desde mayo de 2014 y cuenta con unos 800
afiliados.
El corte de vías fue criticado tanto por la UTA como por los
Metrodelegados, espacios sindicales que se desligaron de las personas que
encabezaron la protesta.
“Quieren que los reconozcan, hacen la medida para que los
reconozcan. Acá cualquiera junta cinco pibes y piden la personería provisoria.
Se tiran dos en la vía y listo, cerraron con llaves, con cadenas las puertas.
Generan malestar, eso no lo entendemos, así no te atiende nadie”, comentó el
secretario general de la UTA, Roberto Fernández.
Pero el secretario adjunto de los Metrodelegados, Néstor
Segovia, apuntó que los manifestantes “eran parte de la patota de la UTA”. “Nosotros
no los conocemos a estos muchachos. Los que estaban en las vías eran de otras líneas
o eran gente ajena a la empresa con ropa de trabajadores. Morales y algunos
otros eran de la patota de la UTA, pero los echaron y ahora están tratando de
defender sus intereses personales”, expresó el dirigente.
“Vinieron a tirarse a las vías con la promesa de algún
puntero de que iban a trabajar en Metrovías”, acusó Segovia en declaraciones a
los medios y remató: “Fueron y serán la patota; pero si alguien les soltó la
mano, es cuestión de otro sector”.
Nota con despachos de agencias Noticias Argentinas y Télam
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