Según Edesur, recuperaron el suministro el 95 por ciento de los damnificados por el corte accidental de dos cables de alta tensión por parte de una empresa que trabaja para una telefónica. Cómo es la vida sin luz. Cruces entre Nación y Ciudad.
Hay cinco mil usuarios de los barrios porteños de Recoleta y
Palermo que tienen en sus pensamientos a Telmex y a la tuneladora que esa
empresa de telefonía contrató y que accidentalmente cortó dos cables de alta
tensión provocando la interrupción del suministro eléctrico. No sacan de su
mente a la compañía y a la maquinaria, ya que llevan tres días sin luz, con
todas las complicaciones que conlleva, mientras Edesur implementa un plan de
emergencia con grupos electrógenos, y repite en cuanto comunicado emite que la
red de distribución sufrió un “grave daño” y, para que el escenario resulte más
complicado, no puede precisar cuándo estará solucionado el problema por
completo.
De acuerdo a lo informado por la distribuidora eléctrica, el
95 por ciento de los 88 mil clientes inicialmente damnificados el martes al
mediodía por el corte ya recuperaron el suministro, a partir de “medidas
extraordinarias de carácter temporario que incluyen la transferencia e
intervención en propias instalaciones, la redistribución de cargas en la red y
la colocación de grupos electrógenos” para normalizar el servicio a los que aún
se ven afectados.
Pero, a medida que pasan las horas, la situación se torna
cada vez más compleja, ya que a la falta de electricidad se le suma la de agua,
como consecuencia de que no funcionan las bombas, por ende no llega el líquido
a los tanques de los edificios al no tener luz, más allá de que Edesur salga a
comunicar que repartió 24 mil botellas de agua mineral de un litro y que los
camiones aguateros de la compañía AySA llenan los tanques. Es que se trata de
un paliativo que no ha alcanzado a todos los vecinos damnificados.
Ir a lo de un amigo o vecino a bañarse, alojarse en hoteles
para no pasar la noche a oscuras y comer afuera, son algunas de las formas que
las personas afectadas encontraron para remar la situación.
Pero la paciencia de algunos empezó a agotarse. Anoche,
antes de que se desatara la intensa tormenta que hizo suspender por un rato las
tareas de reparación, un grupo de vecinos improvisó en la avenida Córdoba un
cacerolazo para manifestar su bronca.
El paisaje en algunas zonas de Palermo y Recoleta ha
cambiado, porque subir y bajar escaleras varias veces por día se tornó en una
forzosa rutina y por el constante ruido de los grupos electrógenos que ocupan
las veredas. Y hay que sumarle la suspensión de clases en colegios y
facultades, cientos de comercios que optaron por cerrar sus puertas y han
perdido mercaderías perecederas y complicaciones de tránsito por semáforos
fuera de servicio.
Por otra parte, Edesur informó que “sigue adelante con las
actuaciones legales contra la empresa Telmex, ya que la normativa sobre aperturas
y roturas en el espacio público de la Ciudad de Buenos Aires”, que incluye el
subsuelo, “dispone que sea autorizada por la Ciudad mediante una solicitud de
permiso especial”. “En tanto que la Ciudad podrá imponer modificaciones en el
perímetro o volumetría o ubicación aplicando un criterio que privilegie los
accesos y la circulación de vehículos y peatones”, señaló el comunicado.
La compañía explicó que no se pueden realizar trabajos “sin
contar con la información que provee el área de Instalaciones y Servicios
Públicos Subterráneos del Sistema Informático de Obras de Infraestructura y
Arquitectura Urbana (SIDIAU)”, algo a averiguar en el caso del accionar de
Telmex y la empresa mercerizada que causó el daño a las dos líneas de alta
tensión con una tunelera.
En paralelo, el juez federal Luis Rodríguez citó para hoy al
subsecretario Legal y Técnico del Ministerio de Planificación de la Nación,
Rafael Llorens, para que ratifique la denuncia presentada contra la empresa de
telefonía, la firma que operó la tunelera Ibercom Multicom, y al Gobierno
porteño por presunto “entorpecimiento de servicios públicos” y “abuso de
autoridad y violación de deberes de funcionario público”.
Además de malhumor en los vecinos, el apagón generó
chispazos entre los Gobiernos Nacional y porteño, y en sintonía con la recta
final de la campaña. El jefe de Gabinete y candidato a gobernador bonaerense, Aníbal
Fernández, apuntó a la administración capitalina: “A nadie se le ocurre, en
ningún lugar del mundo, que alguien puede comenzar un trabajo público sin
contar con los planos pertinentes” para la instalación de las redes de fibra óptica
para un nuevo centro de convenciones de la Ciudad.
“El desaguisado que se hizo es una cosa sin comprensión
(...). Parecía que fueran chicos los que están haciendo trabajos públicos, que
no han prestado atención”, lanzó.
Desde el PRO, la fuerza del candidato presidencial de
Cambiemos, Mauricio Macri, el secretario General del Gobierno porteño, Marcos
Peña, repudió que el oficialismo “no desperdicie oportunidad para hacer campaña”
mientras la Ciudad “se aboca a paliar el problema”. Y consideró que, al
tratarse de un tema eléctrico, “claramente es de jurisdicción nacional”.
Nota con despacho de agencia Noticias Argentinas, Télam y
EFE
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