Por primera vez en la historia, habrá segunda vuelta. La demora en la difusión de los resultados. Los dos competidores volvieron a convocar a los indecisos e independientes y ponen el foco en el voto de los candidatos que quedaron fuera de la contienda, principalmente el de Massa. El batacazo de Vidal. El escenario en el Congreso.
Entre Daniel Scioli y Mauricio Macri, por primera vez en la
historia argentina, una elección presidencial se definirá mediante el balotaje
el 22 de noviembre próximo. El candidato de la alianza opositora Cambiemos le pisó
los talones al postulante del oficialista Frente para la Victoria, al
separarlos apenas dos puntos y medio, de acuerdo a los últimos resultados del
escrutinio provisorio, en unos comicios en los que no hubo grandes denuncias de
irregularidades, pero que quedaron marcados por la demora, decidida por el
Gobierno Nacional, de difundir los primeros datos seis horas después de
concluido horario de votación.
Los ciudadanos deberán definir el 22 de noviembre al sucesor
de Cristina Fernández de Kirchner al frente de la Casa Rosada, luego de que
ningún aspirante obtuviera los votos suficientes para imponerse en primera
vuelta, es decir, el 45 por ciento de los votos o el 40 por ciento y una
diferencia de diez puntos sobre el segundo que más sufragios recibió.
De acuerdo a los últimos datos disponibles del escrutinio
provisorio, con el 97,19 por ciento de las mesas escrutadas, la fórmula Daniel
Scioli-Carlos Zannini, obtuvo el 36,86 por ciento de los votos, prácticamente
lo mismo que en las PASO de agosto. Muy de cerca lo seguía el binomio Mauricio
Macri-Gabriela Michetti, con el 34,33 por ciento, guarismo notoriamente mayor a
lo cosechado en las primarias, donde Cambiemos tuvo –sumando los sufragios de sus
rivales internos Ernesto Sanz y Elisa Carrió- el 28,57 por ciento.
Los argentinos tuvieron que esperar seis horas para conocer
los primeros números, que se difundieron pasada la medianoche, cuando ya habían
sido contabilizadas el 67 por ciento de las mesas. Pero en esa larga espera,
los candidatos, en sus discursos, dieron por sentada la segunda vuelta.
Cuando aún no se difundían las primeras cifras oficiales,
Scioli dijo que logró una “victoria”, la que consideró como una “muestra de
confianza” de quienes lo acompañaron, pero apuntó a los indecisos e
independientes cuando convocó a que lo acompañen en noviembre quienes “antes
eligieron otra propuesta”.
“Con mucha responsabilidad les pido que nos sigan
acompañando y a quienes antes eligieron otra propuesta, yo los convoco muy
especialmente porque llegó el día en que para un argentino no hay nada mejor
que otro argentino”, lanzó el actual gobernador bonaerense ante la militancia
en el estadio Luna Park. “Voy a encarar esta nueva etapa como lo hice siempre en
mi vida: con más fe y esperanza que nunca. Seguiré buscando los puntos de
encuentro necesarios para alcanzar definitivamente la victoria de todos los
argentinos”, sostuvo.
Habiendo tenido en ese momento información que daba cuenta
del complejo escenario electoral, y sabiendo que la contienda sumaba una
carrera más, Scioli señaló que “existen dos visiones muy diferentes del
presente y del futuro de la Argentina que están en juego”, y añadió que “los
cambios tienen que ser para adelante y no para atrás”, en un claro palo para su
ahora único rival.
El clima en el bunker de Cambiemos en Costa Salguero era
completamente distinto al del kirchnerismo. Era una fiesta por haber logrado
entrar al balotaje, e incluso Macri habló eufórico a su militancia, y pidió el
voto de la izquierda, del peronismo disidente; en definitiva, de todo el arco
opositor.
“Lo que ha sucedido el día de hoy (por el domingo), cambia
la política de este país”, aseguró el actual jefe de Gobierno. “Les agradezco a
aquellos que votaron a otros candidatos. Les hablo a los votantes de Sergio
Massa, de Margarita Stolbizer, de Nicolás del Caño, de Adolfo Rodríguez Saá, y
hasta de Scioli, con la esperanza de que se sumen”. Los militantes lo
ovacionaban al grito de “Se siente, se siente, Mauricio presidente”.
Pero parte del sorpresivo resultado obtenido por Cambiemos a
nivel nacional fue a partir del desempeño de María Eugenia Vidal, la gran
ganadora de la noche, que dio el batacazo y destronó al peronismo de la
gobernación de la provincia de Buenos Aires, fuerza que condujo los destinos de
ese distrito electoral clave desde 1987, al vencer por algo más de cuatro
puntos al kirchnerista Aníbal Fernández. ¿Porqué es un distrito electoral
clave? Allí vota el 37 por ciento del padrón nacional e históricamente es donde
se define la elección.
Tercero, y fuera de toda pelea, quedó Sergio Massa,
candidato de Unidos por una Nueva Alternativa (UNA), con el 21,34 por ciento,
es decir, más de cinco millones de votos, que son decisivos para definir la
segunda vuelta, por lo que será clave si hace alguna manifestación pública de
apoyo (o no) a alguno de los postulantes.
“Quiero felicitar a Daniel y a Mauricio por la elección que
hicieron. En tres semanas seguramente los argentinos tengamos que elegir un
camino. Nosotros sabemos cuál es nuestro rol y nuestra responsabilidad ante el
futuro de Argentina”, dijo. Y anticipó que en las próximas horas los dirigentes
del espacio se reunirán para elaborar “un documento único que le muestre a los
argentinos que hay otra forma de hacer política” y aseguró que no se discutirán
“cargos” sino “programas de gobierno” y que se convertirá en “garante” de un “cambio”
para “construir un mañana mejor”.
La izquierda logró un histórico cuarto puesto para esa
fuerza, al obtener el 3,27 por ciento, por lo que Nicolás del Caño, del Frente
de Izquierda y los Trabajadores (FIT), superó a Margarita Stolbizer, de
Progresista, que cosechó el 2,53 por ciento, incluso menos que lo conseguido en
las PASO. Y Adolfo Rodríguez Saá, de Compromiso Federal, quedó último, con el
1,67 por ciento.
En el Congreso Nacional, el kirchnerismo ratificó su
hegemonía en el Senado, pero sufrió un fuerte retroceso en la Cámara de
Diputados, donde perdió el quórum propio. Es que además de la elección
presidencial, se eligió la mitad de la Cámara Baja y un tercio de la Alta. Y en
once provincias se definían también las gobernaciones.
La concurrencia a las urnas fue alta, de algo más del 80 por
ciento del padrón, la mayor desde los comicios nacionales de 1999. En unos días
se develarán dos incógnitas: si esa cifra se mantiene, y la principal: quién,
finalmente, ocupará el sillón de Rivadavia.
Nota con despachos de agencias Noticias Argentinas, EFE y
ANSA
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