El candidato de Cambiemos, Mauricio Macri, se convirtió ayer
en nuevo presidente de Argentina al derrotar en una inédita segunda vuelta al postulante
del oficialismo, Daniel Scioli, y pondrá fin, desde el 10 de diciembre, a un
ciclo de doce años de kirchnerismo en el poder.
Con el 99,17 por ciento de las mesas escrutadas, Macri obtenía
el 51,40 por ciento de los votos contra el 48,60 por ciento de su rival, quien
reconoció rápido su derrota y llamó al mandatario electo para felicitarlo.
“Hoy es un día histórico, es un cambio de época que va a ser
maravilloso”, dijo Macri al celebrar su triunfo en el bunker de Cambiemos en
Costa Salguero, que estaba repleto.
En tres semanas, el todavía jefe de Gobierno porteño tomará
las riendas del país por los próximos cuatro años tras doce de modelo kirchnerista y señaló que el cambio que
tiene por delante el país “no puede detenerse por revanchas” y convocó a la
participación de “todos, incluso por aquellos que no lo votaron, para “encontrar
el camino del desarrollo”.
El Presidente electo, de 56 años, ingeniero de profesión,
saltó de los negocios familiares al mundo del fútbol, y su exitosa gestión al
frente del club Boca Juniors –tanto en lo económico como en lo deportivo- le
sirvió de trampolín para hacer pie en la arena político, primero desde la
Ciudad, donde gestó su bastión.
“¡Sí se puede!, dijo Macri en el escenario acompañado por
los principales dirigentes de Cambiemos, su mujer Juliana Awada y la hija de
ambos, Antonia, de 4 años. “Le pido a Dios que me ilumine para ayudar a cada
argentino a encontrar su forma de progresar, ser feliz. Les pido por favor que
no me abandonen, que el 10 de diciembre comienza una etapa maravillosa de
Argentina”. Prometió “pobreza cero”, enfrentar y derrotar al narcotráfico,
mejorar la calidad democrática y tener buenas relaciones con todos los países,
poniendo el foco en la región.
El bunker fue una fiesta desde que se conoció la tendencia
que lo consagraba ganador. Globos, lluvia de papeles, música. El presidente
electo festejó a puro baile.
Pero el clima era otro en el hotel NH, sede de campaña de
Frente para la Victoria. Mientras el candidato Daniel Scioli reconocía la
derrota y hablaba con serenidad, los militantes kirchneristas no podían
contener las lágrimas en la Plaza de Mayo.
“Yo he puesto lo mejor de mí”, aseguró el aún gobernador
bonaerense, que en la primera vuelta, el pasado 25 de octubre, había sido el
postulante más votado, pero sólo tres puntos por encima de Macri. Pero reconoció
que “se optó por un cambio”, y pidió que “Dios ilumine al ingeniero Macri y que
ese cambio sea por el bien de nuestro pueblo”.
“La dinámica del balotaje ha elegido la alternancia. Es
nuestra democracia, tenemos que hacerla madurar día a día y cuidarla. Hoy hemos
dado una manifestación ejemplar al mundo", agregó.
Scioli, de 58 años, aseguró que desde el 10 de diciembre,
cuando deje el cargo en la gobernación bonaerense y lo sucederá María Eugenia
Vidal, de Cambiemos, buscará “desde donde sea poder defender coherentemente a
un ideal de proyecto de país que comenzó hace doce años con un sueño, lo que
parecía inalcanzable fue avanzando y Argentina se transformó”.
La presidenta saliente Cristina Kirchner, que no tuvo una
buena relación con Macri desde que ella llegó a la Casa Rosada en diciembre de
2007 y él a la jefatura porteña, lo llamó para felicitarlo y lo convocó para un
encuentro mañana en la quinta de Olivos.
Nota con despachos de agencias
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