El Ministerio de Seguridad de la Nación decidió iniciarla. Desde el Gobierno dijeron que “quieren ser prudentes y colaborar con la Justicia para que se esclarezca” el hecho y aseguró que “hay que ir a fondo y saber exactamente qué pasó”. La Procuraduría de Violencia Institucional denunció el accionar de los efectivos de Gendarmería.
Las heridas de balas de goma sobre menores y vecinos de la Villa 1-11-14 tras la represión de Gendarmería. (Foto cortesía La Garganta Poderosa)
El
Ministerio de Seguridad de la Nación decidió iniciar una investigación
administrativa y operativa a raíz de la denuncia de vecinos de la Villa 1-11-14
del Bajo Flores porteño que acusaron a efectivos de Gendarmería de haber herido
el viernes a once personas de una murga que estaban ensayando en la calle.
A través de
un comunicado, la cartera informó que “se tomó la determinación de enviar una
comitiva de la Subsecretaría de Participación Ciudadana con la finalidad de
recoger información y testimonios y, de esa manera, evaluar eficientemente lo
acontecido en el lugar”.
Ayer,
durante una conferencia de prensa en Casa Rosada, el jefe de Gabinete, Marcos
Peña, manifestó: “Nos preocupa la información y estamos colaborando con la
Justicia. Hay una investigación judicial de hecho y también hay dos gendarmes
heridos de bala en el operativo”. En ese sentido, señaló que el Gobierno “quiere
ser prudente y colaborar con la Justicia para que esto se esclarezca” y aseguró
que “hay que ir a fondo, investigar y saber exactamente que pasó” durante los
hechos que tuvieron lugar el viernes en el Bajo Flores y que terminó con varios
menores heridos con balas de goma y dos gendarmes internados en el Hospital
Churruca.
El director
de la murga “Los Auténticos Reyes del Ritmo” y un abogado denunciaron que el
viernes la Gendarmería disparó e hirió a 11 personas que estaban ensayando en
la villa 1-11-14 y dijeron que los efectivos “estaban como locos” y los
atacaron “sin contemplaciones”.
“Esto no es
como dice la Policía. En ningún momento les tiramos piedras, ni somos narcos
como dijeron. No vamos a hacer algo malo para que lastimen a nuestros hijos”,
dijo Gustavo González, que dirige la murga, al canal C5N.
González
contó que el hecho ocurrió alrededor de las 21.30 del viernes último, cuando un
centenar de integrantes de la murga ensayaba sobre la calle Bonorino, y un móvil
de la Gendarmería, con una grúa remolcadora, llegó para retirar un auto robado
que había sido abandonado a pocos metros.
“Cuando veo
llegar a un móvil de gendarmes y atrás a una grúa que levanta los autos, me
arrimo a ellos. Bajaron dos gendarmes, dialogamos bien, pero el que estaba
manejando seguía avanzando y me toca a dos integrantes de la murga”, relató.
El hombre
explicó que “para que no haya problemas”, le dijo a los integrantes de la murga
que “abran paso” para que Gendarmería pudiera trabajar. Y contó que cuando el
patrullero y la grúa llegaron a su destino, de este último vehículo bajaron dos
gendarmes y uno de ellos provocó a los murgueros al decir: “¿Qué pasa acá, son
todos guapos?”.
“Yo como
director, me arrimo al gendarme y le digo: “Señor, ¿qué está por hacer? Fíjese
que está por hacer, que tengo muchas criaturas”, relató.
El
denunciante contó que no terminó de decir esa frase y el gendarme lo empujo y
lo hizo caer, y cuando su hijo de 14 años se acercó a ayudarlo, vio que otro
gendarme le estaba apuntando a él y lo corrió de un empujón.
“Cuando me
corre, le dan a mi hijo un impacto de bala de perdigones de plomo, en la
pierna, que era para mí. Después, me siguen tirando. El gendarme estaba loco
tirándome. Me buscaba y me tiraba, no tiene palabras lo que hicieron”, dijo
González, que agregó que tiene tres impactos de bala de goma en el brazo
izquierdo, uno en el derecho, dos en la espalda y uno en el glúteo.
“Nosotros
no hicimos nada, le dimos el paso a ellos”, afirmó el murguero, para luego
dejar en claro que este hecho no tiene relación alguna con los dos gendarmes
que resultaron baleados. Según González, “ese es otro episodio” y desconoce “lo
que pasó con ellos”.
El abogado
Alberto Mingrone, representante de las víctimas, sostuvo que esa noche los
efectivos le “tiraron a la gente sin contemplaciones” y confirmó que un niño
recibió una bala de plomo. También dijo que “una de las mamás fue protegiendo a
su nene de ocho años y tiene unos nueve disparos de goma en el cuerpo, que se
los arrojaron desde una distancia de un metro, y así con otros”.
El caso es
investigado por el fiscal Miguel Palazzani, de la Procuraduría de Violencia
Institucional (Procuvin), que informó que hubo 11 heridos y que “hasta el
momento no hay elementos que indiquen que las personas agredidas tuvieran
armas, ni que los gendarmes hayan sido herido heridos en el contexto de la
represión denunciada ante el Ministerio Público Fiscal”.
La Procuvin
denunció penalmente el accionar de los efectivos de Gendarmería Nacional. La
radicó ante el juez de Instrucción 22 porteño Guillermo Rongo en base al “testimonio
coincidente de las víctimas, especialmente en lo referido a la violencia
ejercida por los miembros de esa fuerza de seguridad y a que ninguno de los
vecinos se encontraba armado o habría ofrecido resistencia alguna”.
De acuerdo
al informe judicial, “uno de los testigos aportó a la Procuraduría seis
cartuchos de color verde, tres casquillos dorados (presumiblemente de pistola 9
milímetros) y 25 postas de goma que dijo haber recogido en la calle una vez
finalizada la agresión”. En base a estas testimoniales es que la Procuvin
sostuvo que debe analizarse, eventualmente, la posible responsabilidad de
funcionarios jerárquicos de Gendarmería Nacional, por lo que solicitaron “la
investigación de la cadena de mandos de la fuerza en el marco del operativo
Cinturón Sur y delimitar las funciones de cada uno de ellos”.
En tanto
que las primeras averiguaciones de la Subsecretaría de Participación Ciudadana
del Ministerio de Seguridad sostienen la versión inicial de que los gendarmes
fueron hasta el barrio Illia para retirar autos con pedido de secuestro y que
fueron atacados al llegar a un pasaje sin nombre entre Charrúa y Bonorino,
donde habitualmente se desguazan y queman vehículos. Y a raíz de ese episodio,
el cabo Gabriel Isac Baspineiro, de 27 años, sufrió una herida de arma de fuego
con orificio de entrada, y sin salida, en miembro superior izquierdo, y el
sargento Ezequiel Cardozo, también de 27 años, sufrió una herida de arma de
fuego en la pierna derecha con fractura expuesta de tibia.
Ambos
gendarmes fueron trasladados al hospital Churruca donde permanecían internados “estables”
y además recibieron la visita de la ministra de Seguridad de la Nación,
Patricia Bullrich.
Nota con
despachos de agencia Télam
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