El proyecto presentado por tres legisladores del PRO plantea
la instalación de aparatos que detectan el nivel de alcohol en sangre para que
los clientes se realicen el test en forma voluntaria.
(Foto: Clarín)
Un grupo de legisladores porteños del PRO presentó un
proyecto de ley que busca que los restaurantes, bares y boliches de la Ciudad de
Buenos Aires cuenten con alcoholímetros de uso gratuito para que sean usados
voluntariamente por los clientes.
El texto de la iniciativa presentada por los ediles
capitalinos Roberto Quattromano, Daniel del Sol y Cristina García de Aurteneche,
propone añadir al Código de Habilitaciones y Verificaciones que “los titulares
de las actividades sujetas a habilitación donde se reúnan personas que consuman
bebidas alcohólicas serán responsables de proveer los alcoholímetros que
requiera la reglamentación”.
La medida está inspirada en una similar aplicada en México,
donde se reglamentó que restaurantes y bares deben contar con alcoholímetros a
la vista de los clientes, aparatos que además tienen que exhibir mensajes sobre
los peligros de conducir luego de beber alcohol.
“Se trata de una medida preventiva para ayudar a generar
conciencia tras haber bebido alcohol. El conductor con dudas sobre su estado
podrá hacer la prueba y determinar si está en condiciones de manejar o no.
Queremos proteger a los ciudadanos y no tener que seguir lamentando accidentes
o fatalidades por la presencia de alcohol en irresponsables al volante”, sostuvo
Quattromano.
Por su parte, su par Del Sol señaló: “Los comerciantes deben
comprenderlo como un servicio al cliente, el cual servirá para que los
conductores sean más prudentes y conscientes, y así lograr evitar accidentes
causados por personas en estado de ebriedad”.
En la Ciudad hay 1500 bares, 1200 restaurantes y 150
boliches habilitados por la porteña Agencia Gubernamental de Control. De
acuerdo al Ministerio de Transporte de la Nación, los dispositivos que se
fabrican en el país no están homologados por el Instituto Nacional de Tecnología
Industrial (INTI), que cada seis meses debe realizan un control y recalibración
de todos los alcoholímetros que se utilizan en el territorio. Los dispositivos,
que provee la Agencia Nacional de Seguridad Vial, son importados de Alemania y
cuestan aproximadamente cinco mil dólares.
Algunos locales gastronómicos cuentan o han contado con
alcoholímetros como un servicio más al cliente. Hace unos años, en el marco de
una fuerte campaña de concientización sobre el peligro de manejar bajo los
efectos del alcohol, la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) había
instalado aparatos en algunos bares y restaurantes de la Capital y el Gran
Buenos Aires.
La Ley nacional de Tránsito 24.449 establece que el límite
permitido de alcohol por litro de sangre para los automovilistas particulares
es de 0,5 gramos, aunque para los motociclistas se reduce a 0,2 gramos. En tanto
que para los conductores profesionales la tolerancia es cero. En la Ciudad,
conducir bajo los efectos del alcohol o estupefacientes es una contravención: el
artículo 111 del Código Contravencional estipula multas que van entre
los 200 y dos mil pesos o uno a diez días de arresto.
En los primeros seis meses del año, la Fiscalía de la Ciudad
registró 1955 contravenciones por conducir con un nivel de alcohol en sangre
mayor al permitido. Los meses con mayor cantidad de faltas fueron enero, con
436 contravenciones; y junio, con 425. Y Palermo, Recoleta y Belgrano son los
barrios en los cuales se detectan conductores alcoholizados con más frecuencia.
La cifra da cuenta de un incremento en los resultados positivos respecto del
mismo período de 2015.
Por su parte, las estadísticas de la Secretaría de Tránsito
y Transporte de la Ciudad revelan que en 2015 y 2016 el 87 por ciento de los
controles positivos tuvo como protagonista a hombres, y el promedio de alcohol
en sangre fue de 0,90 gramos en 2015 y 0,84 el año siguiente.
En la Capital hay controles de lunes a viernes en diez
puestos que se ubican a lo largo del distrito, en tanto que los fines de semana
se extiende a doce, que se enfocan en las zonas de bares y boliches.
Nota con despacho de agencia Télam e información del diario
La Nación
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