El servicio
arranca y termina media hora más tarde, de 5.30 a 23.30. Y los sábados, de 6 a
24. Desde la Ciudad dicen que el corrimiento horario beneficia a 140 mil personas,
en especial estudiantes que cursan por la noche. Los metrodelegados consideran
que la medida tiene un “alto grado de improvisación” y advierten que podría
haber problemas operativos para la puesta en marcha del nuevo esquema.

Desde hoy,
las seis líneas de subte de la Ciudad de Buenos Aires tienen un nuevo
cronograma: el primer servicio empieza a circular media hora más tarde, a las
5.30, y la última formación sale 30 minutos después, a las 23.30. Los sábados
el horario se corre una hora y funciona de 6 a 24, en tanto que los domingos y
feriados continúa siendo de 8 a 22. De acuerdo al Gobierno porteño, que llevó
adelante la iniciativa tras realizar una encuesta a los vecinos en mayo, que
eligieron por abrumadora mayoría la modificación que beneficia a 140 mil
usuarios.
La
implementación del cambio de la grilla horaria se produce cinco meses después
de la fecha prevista. Los vecinos votaron el proyecto a través de los
mecanismos de Participación Ciudadana a través de Internet y en diferentes
estaciones de la red de subtes: un 84 por ciento de las más de 511.016 personas
se mostró de acuerdo de correr el horario de funcionamiento de las seis líneas.
Y el Gobierno porteño iba a aplicarla el 1° de julio, pero decidió postergarla
porque los metrodelegados reclamaban negociar tales modificaciones.
Los
delegados de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro
(AGTSyP) plantearon objeciones al corrimiento horario, y advirtieron que podría
haber problemas operativos hoy en la puesta en marcha de la nueva grilla. Desde
el sindicato señalaron en un comunicado que el esquema que se va a implementar “no
sólo no resuelve el problema del transporte público en la Ciudad, sino que deja
a pie a miles de usuarios todos los días entre las 5 y las 5.30”, y se quejaron
de que este cambio evidencia un “alto grado de improvisación con que se encaró,
sumado a cuestiones técnicas y operativas que no fueron contempladas”.
En ese
sentido, el secretario general de la AGTSyP, Roberto Pianelli, alertó en
declaraciones al diario Página/12 que “el lunes se va a generar un caos
operativo porque nadie sabe a qué hora tiene que entrar. No tenemos nuevos
horarios, y cada uno se va a presentar a su hora habitual. Esto va a impedir
que se preste el servicio anunciado de forma habitual”.
Metrovías
contestó con un comunicado en el que calificaron de “inverosímil” que los
gremios no tuvieran conocimiento de la implementación del nuevo horario y
remarcaron que se mantuvieron más de veinte reuniones para programar el cambio.
Los metrodelegados
propusieron ampliar el horario del subte, en vez de sólo correrlo media hora. “Desde
sus inicios hasta su privatización, el subte funcionó de 5 a 1. Por eso,
impulsamos una campaña para la recuperación de ese horario, que va a incorporar
a usuarios sin dejar de transportar a ninguno de los actuales”, expresaron. El
Gobierno porteño analizó los flujos de pasajeros y detectaron que los días de
semana hay muy pocos usuarios entre las 5 y las 5.30, menos de 2.200, siendo una
situación similar los sábados entre las 5 y las 6. Por otra parte, evidenciaron
que la demanda crece después de las 22, y que iban a resultar favorecidos
estudiantes que cursan por la noche y aquellos vecinos que asisten a espectáculos
nocturnos. El gremio criticó tales estudios: “Es falso. Hay entre ocho mil y
nueve mil personas que se van a ver complicadas por el corrimiento”, comentó
Pianelli.
El
Ejecutivo capitalino no ve posible la extensión del horario. Al respecto, el
jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, argumentó que “la franja actual
entre el inicio y el cierre del servicio se necesita para hacer obras; si no
podemos contar con esas seis horas a la noche para trabajar, no se puede
modernizar el subte”.
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