Hallan muerto a Lucas Menghini en la estación Once dos días después del accidente: hubo indignación e incidentes

Al joven lo encontraron en el cuarto vagón del tren de la tragedia, en una cabina que el impacto aplastó, por perros de la Policía. La noticia fue recibida con pesar en la familia y bronca en los pasajeros. Hubo incidentes. Otras dos personas aparecieron vivas.

Conocida la noticia del hallazgo del cuerpo de Menghini Rey, hubo incidentes en la estación (Foto: DyN)

Lucas Menghini Rey, el joven de 20 años que era el último desaparecido de la tragedia del Sarmiento, fue hallado muerto ayer, cuando habían pasado dos días del accidente y sus familiares y amigos recorrieran una y otra vez hospitales y la morgue, sin encontrar su nombre en las listas de heridos y de víctimas. La noticia de que el cuerpo estaba entre el tercer y cuarto vagón de la formación siniestrada fue recibida con pesar por sus seres queridos, generó indignación en los pasajeros que estaban en el hall de la estación de Once y terminó en incidentes con la Policía.

Anoche la Policía dispersó a los manifestantes que estaban en el interior y en las inmediaciones de la estación, y la cerró. Hubo gases lacrimógenos, efectivos heridos y manifestantes detenidos. Un grupo de vándalos se separó de la protesta y saqueó dos quioscos y al huir destrozó negocios y el mobiliario de la terminal.

La investigación sobre el paradero de Lucas puso el foco en la estación ya que en un video se lo vio tomar el tren accidentado, en la estación de San Antonio de Padua. Allí la búsqueda, dos días después del siniestro y concluido el operativo de rescate, fue exhaustiva. La Policía llevó a los perros para rastrear la formación y hallaron el cuerpo del joven, que estaba aplastado en la cabina del conductor del cuarto coche del tren.

El personal policial precisó que “el cuerpo se hallaba aplastado de una manera que no podía ser percibido en una búsqueda del personal, por eso se enviaron a los canes para un rastreo más profundo”.

Un comunicado del Ministerio de Seguridad de la Nación señalaba que el cuerpo estaba en un lugar “vedado a los pasajeros, que se hallaba en desuso y sin comunicación con el interior del mismo por hallarse las puertas clausuradas”. Y que a raíz del impacto “había sido totalmente deformado por el impacto entre el tercer y el cuarto coche, producto de la incrustación de aproximadamente 60 centímetros entre uno y otro” por lo que “se procedió a romper la puerta mediante la utilización de elementos de efracción”. Una vez rota la puerta “se pudo verificar que en el espacio comprendido entre el tablero de maniobras y la pared que había sido achatada por el impacto, se encontraba sobre el suelo y debajo del tablero un cuerpo sin vida dentro del punto del impacto entre los dos vagones”. También se encontró la mochila de Lucas con sus elementos personales.

Menghini Rey era buscado intensamente en centros de salud y la morgue desde el miércoles, ya que se trataba del único que estaba desaparecido (ver subtítulo) luego de que aparecieran otros dos sobrevivientes de los cuales no se conocía su paradero. Los amigos hicieron una sentada en el hall de la terminal de Once y repartieron volantes con su foto y datos.

La madre de Lucas, María Lujan, hizo un pedido desesperado para que la ayudaran a encontrar a su hijo, y manifestaba estar convencida de que estaba vivo.

Desde el miércoles, cuando los familiares manifestaron a los medios que no tenían datos de Lucas, hubo varias versiones en torno a su paradero, todas falsas. Una persona le contó a la madre que “vio a Lucas bajar (del tren siniestrado) con un cuello ortopédico y una camilla” y que “lo vio lastimado, ensangrentado, muy shockeado, por lo que es probable que no pueda estar diciendo su nombre”. La madre agregó que esa persona que dijo haber visto a Menghini Rey “no se borró, tengo comunicación con ella y confío plenamente en lo que me dice”.

La mamá explicó que Lucas, de 20 años y padre de una nena, trabajaba en un call center que estaba cerca de la estación de Once, y que el miércoles, cuando ocurrió el accidente, estaba yendo a trabajar, pero nunca llegó a su lugar de trabajo.

En las horas posteriores al siniestro, que ahora deja un saldo de 51 muertos y más de 700 heridos, la familia había chequeado uno a uno los internados de entre 18 y 25 años, aunque Lucas no aparecía.

La aparición de dos sobrevivientes había dado esperanzas

El secretario de Derechos Humanos de la Ciudad, Claudio Avruj, confirmó ayer que los otros dos hombres que estaban desaparecidos fueron encontrados con vida.

Javier Almaraz, de 41 años, había tomado el tren accidentado pero se retiró de la estación por sus propios medios, sin heridas de consideración. No se lo había podido localizar ya que había perdido su celular y no avisó por otros medios que se encontraba en buen estado porque en su casa no tiene teléfono de línea.

Las autoridades de la Ciudad precisaron que luego de la tragedia fue a trabajar y luego de su jornada volvió a su casa, momento en el que fue finalmente fue contactado.

En tanto, Fernando Javier Sánchez, de 32 años, también viajó en la formación siniestrada y se fue por sus propios medios de la terminal, pero se dirigió a una clínica privada para pedir asistencia y fue internado, pero estable y sin heridas de gravedad.

Nota con despachos de agencias Télam y Noticias Argentinas

Nota vinculada:

El maquinista del tren de la tragedia recuperó su libertad

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