La mayoría de los planes de estudio vigentes en la Ciudad tienen entre 40 y 50 años.
El Gobierno
porteño avanza en un proyecto para modificar el diseño curricular de la escuela
secundaria en la Ciudad de Buenos Aires, que se empezará a implementar el año
que viene. Los cambios responden a los lineamientos del Consejo Federal de
Educación, que se tienen que aplicar en todo el país. Pero las reformas de los planes de estudios, que proponen más materias generales y
menos específicas, generan cuestionamientos de docentes y alumnos.
En los nuevos planes, materias como Filosofía, Historia, Psicología y Geografía pierden
horas cátedra o se proponen como optativas para los últimos años de las
escuelas normales, algo que provoca rechazos en la comunidad educativa. Lo
mismo ocurrirá con Economía. Y asignaturas como Educación Cívica –que se
convertirá en Construcción de Ciudadanía- e Historia se dictarán en los
primeros años del secundario. No obstante se están llevando a cabo jornadas de
discusión sobre el tema.
El pasado
jueves se realizó la cuarta de nueve jornadas en colegios públicos y privados
de la Capital Federal, cuyo debate giró en torno al “Pre-Diseño Curricular del
Nivel Secundario Orientado de la Ciudad de Buenos Aires”, encabezada por las autoridades del Ministerio de Educación porteño.
“A fin de
año debemos presentar este pre-diseño ya en la forma de un diseño consensuado
ante el Consejo Federal de Educación (CFE)”, explicó al diario Clarín la
directora de Planeamiento Estratégico del Ministerio de Educación capitalino, Mercedes
Miguel.
Y detalló
que “el objetivo es llegar a noviembre con todo listo y tomarnos un tiempo para
definir bien cada orientación que entrará a regir en 2016 (es decir, cuando los
alumnos lleguen a tercer año)”.
Según
estableció el CFE, sólo habrá diez orientaciones: Ciencias Sociales y Humanidades,
Ciencias Naturales, Economía y Administración, Lenguas, Agro y Ambiente,
Comunicación, Informática, Educación Física, Turismo, y Arte.
Uno de los
cambios que propone la “Nueva Escuela Secundaria de Calidad” es la eliminación
del título de perito mercantil en las 38 escuelas hasta ahora llamadas
comerciales. Desde el año que viene, los ingresantes comenzarán a cursar el
bachillerato con Orientación en Economía y Administración. Sin embargo, los
estudiantes ya están cursando continuarán con los planes y el título actual.
Actualmente
en la Ciudad hay 158 planes de estudio, y la mayoría con una antigüedad de
entre 40 y 50 años. El Ejecutivo porteño le pidió al Consejo que continúen
algunas orientaciones tradicionales, como el Bachillerato Pedagógico y
Comercial, Físico y Matemático, y Bilingüismo.
Desde la
cartera educativa capitalina comentan que el nuevo diseño “apuesta por un alumno
que luego de la secundaria seguirá una carrera universitaria o terciaria y es allí
donde recibirá su especialización”, bajo el argumento de que “en otra época ir
a al facultad era una situación más excepcional, pero ahora es mucho más común”.
El ministro
de Educación porteño, Esteban Bullrich, señaló que estos cambios buscan
terminar con “el mayor fraude en la educación ya que los padres traen a los
chicos para que se le brinden 13 años de la mejor educación y esto no se está
cumpliendo”.
Y añadió
que “en algo estamos fallando cuando algunos padres optan por pagar una
enseñanza privada cuando la pública ofrece lo mismo”. Es que la mayoría de los
alumnos va a escuelas privadas: de los 166 mil alumnos del nivel medio en la
Capital Federal, 87 mil optan por las instituciones educativas pagas
(el 52,4 por ciento) y 79 mil asisten a las de gestión estatal. Y en los últimos
años la tendencia fue en aumento. En la Ciudad hay 450 escuelas
secundarias, de las cuales 336 son privadas y 114 estatales, según las estadísticas
del Ministerio.
El panorama
es de incertidumbre entre los educadores. Ante esa situación, el titular de la
cartera educativa aseguró: “No vamos a perder la diversidad. Se busca
jerarquizar la función del docente apoyándolos en todo lo necesario para
extender las horas de clase y que no tengan que ir saltando de un lugar al otro”.
Y descartó cesantías. En la Ciudad hay 33 mil docentes, de los cuales 19 mil
trabajan en las instituciones públicas y los 14 mil restantes en las privadas.
Desde la
Ciudad dejan en claro que la transformación va ligada a la importancia de
mantener la validez de los títulos en el marco de los criterios establecidos
por el CFE. A su vez, la homologación del Consejo permitirá que un estudiante
de otra provincia que se mude a la Ciudad (o viceversa) pueda continuar con sus
estudios sin tener que rendir equivalencias. Además, destacan que el cambio es
necesario para crear una escuela media que se adapte a las necesidades y
exigencias del siglo XXI.
Ya durante
el año pasado el Gobierno porteño enfrentó un proceso conflictivo de reforma
curricular en las escuelas secundarias, pero en las técnicas. Los alumnos, que
querían participar en el debate, llevaron a cabo 50 tomas de colegios, por lo
que las autoridades negociaron los cambios. No obstante, los nuevos planes para
estas instituciones educativas reducen la cantidad de horas de talleres, dibujo
técnico, laboratorio, química y física y se aumenta la carga horaria de
materias base como Lengua, Matemática o Inglés.
Las cifras de
educación en la Ciudad no son alentadoras: sólo 6 de cada 10 alumnos termina el
secundario en tiempo y forma. Hay un 30 por ciento de deserción escolar (el 25
por ciento se produce en el primero o segundo año), cuyas posibilidades de
abandono se multiplican por siete si asiste a una escuela pública. Y la tasa de
repetición en un colegio estatal es del 15,7 por ciento, casi cuatro veces más
que en uno privado (4,3 por ciento).
No hay comentarios:
Publicar un comentario