La modificación busca generar mayor seguridad vial al
producir menor contraste de colores, lo que apunta a disminuir la contaminación
visual.
La Legislatura porteña aprobó una ley que establece el
cambio de color de los semáforos en el marco del proceso de modificación y
reemplazo del mobiliario urbano de la Ciudad. Las cabezas, soportes y viseras
dejarán de tener los colores amarillo y negro para ser gris grafito, que apunta a
disminuir la contaminación visual.
La norma, aprobada ayer, implicó una modificación al Código
de Tránsito y Transporte de la Ciudad. Los pórticos de señalización vial y de
los carteles de leyenda variable serán del mismo color que los semáforos. En
tanto, estos quedan exceptuados del Sistema de Señalización Vial Uniforme,
establecido por ley nacional.
El Ejecutivo porteño deberá llevar a cabo el progresivo
repintado de los semáforos en el término de tres años a partir de la publicación
de la norma. Asimismo, en forma coordinada y de acuerdo a la programación que
establezca la Ciudad, se cambiarán las ópticas y las lámparas de los mismos por
unidades LED en aquellos que aún no las posean. “El reemplazo de las fuentes
incandescentes por unidades LED contribuye a mejorar sustancialmente su
visibilidad compensando de forma positiva el menor contraste que pudiera causar
el cambio de color”, destaca en sus fundamentos el proyecto de la legisladora Gabriela
Seijo, del PRO.
Además, la ley, que contó con un despacho de la Comisión de
Tránsito y Transporte y fue aprobada por 37 votos positivos y 15 abstenciones,
establece en su artículo primero una definición del término “semáforo” de las
definiciones generales contenidas en el Código de Tránsito y Transporte de la
Ciudad de Buenos Aires. Lo define como “dispositivo de señalización luminosa
cuya función es asignar en forma alternativa el derecho de paso a vehículos que
confluyen sobre un determinado punto de la calzada y, con otras características,
también a los peatones”.
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