Un operativo policial y de agentes porteños impidió que
ocuparan las veredas en los alrededores de la estación ferroviaria. Los puesteros cortaron Pueyrredón e incendiaron contenedores,
y hubo enfrentamientos cuando los efectivos quisieron despejar la avenida. Continúan
las negociaciones para ser reubicados, pero no hay acuerdo sobre los predios
que ofrece la Ciudad.

Los manteros cortan por segundo día la avenida Pueyrredón a
la altura de la Plaza Miserere en protesta por el desalojo, ayer, de los
puestos de venta ilegal en los alrededores de la estación Once que derivó en
serios incidentes con la Policía y terminó con heridos y detenidos, mientras
continúan las negociaciones con las autoridades de la Ciudad.
El operativo de desalojo había comenzado ayer alrededor de
las dos de la madrugada por orden de la Fiscalía General de la Capital y los
puesteros se encontraron con los uniformados e inspectores del Ministerio de
Ambiente y Espacio Público porteño al llegar a la zona de Once, lo que originó
que un grupo cortara la avenida Pueyrredón y llevó a incidentes de gravedad cuando los efectivos policiales intentaron
despejar las arterias.
El fiscal General de la Ciudad, Luis Cevasco, explicó que el
desalojo “fue pedido por la Fiscalía General a modo de prevención para impedir
la venta en el espacio público”. “Lo que se hizo fue un operativo durante la
noche para evitar que los manteros se instalen durante la mañana y el personal
de la Ciudad desarmó las estructuras que estaban montadas sobre la recova en
Pueyrredón”, explicó en declaraciones a la prensa. Y comentó que “se trató de
una medida de prevención, como se hizo en su momento sobre Rivadavia y Acoyte y
sobre la calle Avellaneda”.
Por la tarde, representantes de los manteros fueron
recibidos en la Subsecretaría de Trabajo de la Ciudad, pero no llegaron a un
acuerdo y pasaron a un cuarto intermedio para hoy a las 10.
Los manteros denunciaron que los efectivos le secuestraron
sus mercaderías y se negaban a abandonar el lugar, donde se encontraba además
personal de Higiene Urbana, de Tránsito y Desarrrollo Social de la Ciudad como
parte del operativo. La situación se fue tensando con el paso de las horas y
comenzaron a arrojar piedras, frutas y todo tipo de elementos contra la Policía,
que a su vez respondió con gases lacrimógenos y bombas de estruendo.
Por los enfrentamientos, varios de los manteros fueron
detenidos y muchos otros resultaron heridos. También hubo policías e
inspectores alcanzados por los objetos contundentes que tiraban los puesteros
que en el corte quemaban contenedores de basura reclamando que los dejasen
continuar vendiendo en la vía pública.
El Gobierno porteño les propuso a los manteros realizar un
censo y crear un registro para su trabajo, para lo que deben inscribirse como
monotributistas y ser trasladados a otros barrios, lo que fue rechazado. Según
señaló la subsecretaria de Ambiente y Espacio público capitalino, Clara Muzzio,
unos 280 vendedores aceptaron iniciar los trámites para ingresar al
monotributo.
La funcionaria detalló, al canal Todo Noticias, que el
desalojo se realizó “por un pedido de vecinos y en contra de la venta ilegal” y
explicó que se dialoga “con los trabajadores de buena fe” y que la Ciudad no
está dispuesta a dialogar “con los mafiosos y con los violentos”.
En la reunión de ayer por la tarde, los manteros fueron
recibidos por el subsecretario de Trabajo, Ezequiel Jarvis, el vicejefe de
Gabinete, Juan Pablo Graña, y representantes de la Defensoría del Pueblo
porteño. Tras el encuentro, los manifestantes anunciaron que no llegaron a un
acuerdo y que las conversaciones continúan hoy, a la espera de una solución,
pero sostuvieron que ven “una buena intención del Gobierno” de la Ciudad para
negociar.
Y dijeron que el censo que realizaron ayer queda “nulo” y
que hoy se hará uno nuevo con la revisión de ambas partes para que “no se sume
gente que no es” parte de los desalojados. Según algunos presentes en la
asamblea que realizaron tras la reunión en Trabajo, las 280 personas que se habían
anotado para regularizar su situación e ingresar a un sistema de monotributo “no
son de Once”.
Un integrante de la organización “Vendedores Libres”, Omar
Guaraz, dijo que “muchos compañeros sabían que se iba a realizar este operativo
y entonces no armaron y retiraron las cosas, pero otros no y se llevaron todo”.
Y puntualizó que “si bien la población que vende en Once es fluctuante, por día
deben trabajar allí entre 1.500 y 3.000 compañeros”.
A su vez, remarcó que “en los últimos cuatro años fueron
desalojados cinco mil manteros en Avellaneda, Caballito y otros puntos de la
Ciudad. Ninguno fue relocalizado como le prometió la Ciudad. Las personas que
venden en la calle son trabajadores y lo hacen porque no tienen otro medio de
vida”.
“Queremos trabajar, somos trabajadores, tenemos una familia
que mantener, y no queremos que nos traten como una mafia organizada”, aseguró
uno de los puesteros, y reclamó “un lugar donde poder vender, que no esté
aislado”.
De acuerdo a un estudio divulgado ayer por la Federación de
Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba), la mitad de los
manteros ubicados en la Capital Federal durante 2016 se encontraba en la zona
de Once. El relevamiento dio cuenta de que en la Ciudad hubo el año pasado
3.727 vendedores callejeros, de los cuales 1.882 se ubicaba en las
inmediaciones de la Plaza Miserere.
“Once es uno de los lugares más problemáticos porque tenía
casi la mitad de los vendedores ilegales de toda la Ciudad”, contó a la agencia
de noticias Télam el director de Focus Market, Damian Di Pace, que consideró
que esa zona de la Capital mantiene también 1.764 puestos de saladitas de los
9.327 que hay en todo el distrito.
Nota con despachos de agencias Noticias Argentinas y Télam
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