Es una semana que muchos esperan, no sólo los quiosqueros. Es, al igual que el bondi y el dulce de leche, un invento argento, y sólo se celebra aquí. Arrancó como una estrategia marketinera, pero poco a poco se fue convirtiendo en un clásico, y más allá de que en los últimos años estuvo algo devaluada, este año tiene nuevamente una buena difusión publicitaria. Sí, sí, se trata de la semana de la dulzura.
Siete días de trueque de golosinas por besos (No hay intención publicitaria en la foto elegida, pero el chocolate es lo que más se regala esta semana)
¿Te gusta alguien y no sabés cómo hacer para que esa persona se de cuenta de que le importás? ¿Tenés un amigo o una amiga que está triste y querés sacarle una sonrisa? ¿Querés darle las gracias a alguien? Nada mejor que hacerlo con un bombón, un chocolate, un alfajor, un chupetín o cualquier cosa dulce.
Se trata de una semana que cuadra muy bien en el calendario, por estar ubicada en pleno invierno. Cambian los tiempos y las costumbres de compra. En estos días fríos se puede comprar un medicamento antigripal y de paso unos chocolates en una cadena de farmacias.
Con relación al que regala, está el que reparte golosinas a todo el mundo cual Papá Noel un veinticinco de diciembre. También está quien quiere darle una golosina tan sólo a una persona, a esa persona que le gusta o empieza poco a poco a interesarle, pero que algunas veces para no quedar en evidencia ante esa persona o ante el resto, le regala también a alguien más.
Hasta el próximo sábado, inclusive, sigue la semana de la dulzura, que surgió allá lejos y hace tiempo, en 1989 por iniciativa de una marca de alimentos que principalmente produce golosinas junto con ADGyA (Asociación de Distribuidores de Golosinas) y cuyo slogan es “una golosina por un beso”.
En estos últimos tiempos daría la impresión de que pasara más desapercibida, aunque se vende un 20 por ciento más de cosas dulces para esta época. Obviamente se trata de una semana comercial, pero que es bueno que exista, porque en realidad se trata de un gesto para sacar una sonrisa a la otra persona. Una semana que no vendría mal si se repitiera otras veces en el año.
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