Jorge Mangeri fue imputado por homcidio y seguirá preso. Según trascendidos, se habría autoincriminado. Su esposa dice que es un “perejil” y denunció que él sufrió un “apriete”.
Tras una larga jornada de declaraciones, el juez de
instrucción Roberto Ponce, a cargo de la investigación del crimen de Ángeles
Rawson, la adolescente de 16 años que fue hallada muerta en un basural de la
Ceamse en José León Suárez, ordenó la detención del encargado titular del
edificio donde vivía la joven con su familia, por ser sospechoso del hecho. Fue
imputado por homicidio y posteriormente se negó a declarar.
La detención se dispuso en la madrugada del sábado, luego de
que Jorge Néstor Mangeri, de 45 años, fuera indagado por la fiscal Paula Asaro,
quien se retiró minutos después de las 8 de la sede del Ministerio Público
Fiscal de la calle Tucumán al 800 tras 24 horas de trabajo.
“Ya lo van a indagar, no le puedo decir más nada porque la
causa está en secreto de sumario”, dijo brevemente Asaro a la prensa, que mantuvo
una intensa guardia periodística durante la madrugada.
Posteriormente había trascendido que el único detenido por
el caso iba a ser indagado recién el lunes, pero la declaración indagatoria le
fue tomada finalmente ayer por la tarde. Sin embargo, Mangeri se negó a
declarar, por consejo del defensor oficial que le nombraron, por lo que seguirá
detenido en la alcaidía de Tribunales.
Mangieri es el portero titular del edificio de Ravignani
2360, en el que vivía la chica, y su detención se dio luego de que se allanara
el sótano del consorcio, su departamento y su auto. Y, según se supo, ya había
sido citado a declarar el miércoles, pero no se presentó, al igual que el
jueves, por lo que ayer lo fueron a buscar a su casa.
Según trascendidos, el encargado se habría autoincriminado
cuando habló con los investigadores, por lo que la fiscal dispuso su detención.
Ante tal situación, su familia aseguró que es “inocente” y denunció que fue “torturado”
y “amenazado con un arma en la cabeza”.
Mangieri había solicitado un parte de enfermo el lunes
pasado, el mismo día en que desapareció Ángeles luego de haber asistido a una
clase de educación física de su colegio.
Además, según trascendió de fuentes judiciales, el encargado
habría sido sometido a un careo con Sergio Opatowski, el padrastro de la adolescente,
en base a lo revelado por una cámara de seguridad de un edificio cercano, que
habría proporcionado datos de importancia para ordenar la detención.
La esposa de Mangeri, Diana Saettone, aseveró ayer que su
marido es “inocente”. “Yo no sé si es un perejil o fue amenazado para que no
hable porque vio algo que no tenía que ver. No sé, pero es inocente”, sostuvo
la mujer en declaraciones al canal de noticias C5N. Y, con respecto al parte de
enfermo de su marido, señaló que “no inventó ninguna enfermedad, estaba con
fiebre y con vómitos” y denunció que “le pusieron un arma en la cabeza” dos días
después deque se hallara el cuerpo de Ángeles.
Sobre el “apriete” que denunció la mujer, detalló que el
jueves a su marido se le acercó “un auto sin patente, un Polo Negro, con dos
personas (que) le preguntan si era el encargado de (Ravignani) 2360, lo
amenazaron, le pusieron un arma en la cabeza, le dijeron un montón de cosas”.
Y agregó que le dijeron que “le iban a hacer una cama” y que
tras el hecho ella le preguntó: “¿Viste algo? Tenés que hablar”, lo que le él
le respondió –según sus palabras-: “No, vos te creés que me voy a comer todo
esto si yo sé algo?”.
Las sospechas sobre el portero titular se acentuaron cuando
ayer no se presentó a trabajar, a pesar de que ya tenía el alta médica.
El viernes, y durante más de 14 horas, la fiscal le tomó
declaración testimonial a la madre de Ángeles, Jimena Adunis; al hermano, Jerónimo;
al hermanastro, Juan Cruz y a la abuela. Se retiraron cerca de las 3 de la
madrugada del sábado.
También durante la noche del viernes, el juez Ponce encabezó
los allanamientos realizados en el edificio de Ravignani 2360, con el foco
puesto en el sótano y la vivienda del encargado.
Ángeles fue encontrada asesinada la mañana del martes en un
predio de la Ceamse de José León Suárez, en el Conurbano bonaerense, con una
soga enrollada en el cuello y su cabeza cubierta con una bolsa.
La adolescente había desaparecido la mañana del lunes, luego
de haber concurrido a su clase de gimnasia a un predio deportivo lindero a otro
–también de la Ceamse- en el barrio porteño de Colegiales.
Distintas cámaras de seguridad, tanto del Gobierno de la
Ciudad como de edificios vecinos, registraron el paso de la joven hasta que
llegó al edificio de Ravignani 2360 -en el cual vivía con sus familiares- donde
debía cambiarse, almorzar y regresar al colegio Virgen del Valle.
Pero los investigadores determinaron que de allí no había
vuelto a salir, por lo que se puso el foco en las personas que viven en el
edificio.
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