Su dueña lo cedió a Cáritas y los salesianos. Trascendió desde el ámbito eclesiástico que seguirá funcionando como hasta ahora.
Es un lugar emblemático de la Ciudad. Es el templo del boxeo donde pasaron figuras como Carlos Monzón, Nicolino Locche y Ringo Bonavena,
y escenario de múltiples recitales de música, espectáculos artísticos y
numerosos actos políticos. El Luna Park, conocido como “Palacio de los deportes”,
fue donado, por lo que pasó a pertenecer en un 95 por ciento a Cáritas, la
organización que depende del Arzobispado de Buenos Aires, y a la Sociedad
Salesiana de San Juan Bosco.
La donación fue realizada por Ernestina Lectoure, de 95 años
de edad, quien falleció el pasado 9 de febrero a causa de una larga enfermedad.
La tía de Juan Carlos “Tito” Lectoure tomó esa decisión ya que no tenía hijos,
y en su testamento resolvió dejar el 95 por ciento de la sociedad Stadium Luna
Park Lectoure y Lectoure SRL a las obras de la Iglesia Católica.
Según se conoció ayer, ambas entidades religiosas deben
repartirse el legado en partes iguales, una vez que la Inspección General de
Justicia (IGJ) apruebe la sucesión.
Así, Cáritas y los salesianos pasarán a controlar el estadio
por el que han pasado Frank Sinatra, míticos grupos de rock como The Doors o
Deep Purple, el cantante Julio Iglesias y el tenor Luciano Pavarotti, entre
otras muchas figuras de la música internacional. Ricardo Arjona lo llenó 36 veces
y marcó el récord entre septiembre y octubre de 2006.
Desde su inauguración, en 1932, ha sido sede de varios campeonatos
mundiales de boxeo. En 1987 Tito Lectoure decidió que no se peleara más allí,
por cuestiones económicas. El pugilismo volvió el 13 de julio de 2002, con el
combate entre el campeón argentino Omar Narváez y el nicaragüense Adonis Rivas.
Ernestina era la única gerente de la sociedad. Tras su
muerte, “el Luna Park está acéfalo hasta que la IGJ apruebe la inscripción de
las cuotas a las dos entidades de la Iglesia”, según explicó Miguel Ángel
Lectoure, sobrino de “Tito” e integrante de la sociedad. El 5 por ciento
restante seguirá en manos de un grupo de familiares y herederos de “Tito”.
Desde el ámbito eclesial trascendió que el Luna Park tendrá
uso comercial sin modificaciones ya que fue declarado Monumento Histórico Nacional
en 2007 y necesita autorización de la Comisión Nacional de Museos y de
Monumentos y Lugares Históricos para su transformación. También fue declarado
sitio de “interés cultural” por el Gobierno porteño.
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