ANÁLISIS - Luego de eliminarnos en las últimas dos ediciones de la Copa Mundial, con un gol en tiempo suplementario, el conjunto alemán venció a nuestra selección por uno a cero, en lo que fue la final del mundial de Brasil 2014. El tanto fue de Mario Gotze, quien ingresó por el goleador Miroslav Klose.
Por Esteban ArzúaEspecial para PANORAMA CIUDAD
La Copa, sola, con el césped del Maracaná de fondo. Todos la quieren tener, pero se la llevó Alemania.
Hoy me voy a dar el lujo
de no hablar del partido, sino más bien del comienzo de una teoría mundialista
que vengo llevando a cabo hace casi 8 años (teniendo en cuenta que fui
“adivinando” los últimos dos campeones de Champions, y los dos últimos
campeones del torneo nacional).
Allá por 2006, luego del
Italia campeón intentando “tapar” el fraude en el Calcio que hizo descender al ilegítimo
campeón, Juventus, me empecé a replantear si los mundiales están o no
arreglados.
Como base fundamental,
empecé a analizar los últimos campeones: Italia en 2006, un Brasil lleno de
figuras en 2002 que no jugaba a nada, Francia campeón, en su casa, contra
Brasil en 1998, Brasil campeona en 1994, Alemania campeona en 1990 tras un
penal inventado por el árbitro en la final, Argentina campeón en 1986 con un
Diego intratable, Italia 1982, Argentina 1978 en medio de la dictadura.
Asimismo, interpreté que desde el 66 hasta el 2006, se iba dando una relación,
un europeo, un americano. Inglaterra en el 66, Brasil en el 70, Alemania 74, y
ya los antes mencionados.
Cada uno de estos
campeones, tal vez tenían como protagonistas los 3 últimos mundiales. En el 98,
casi que le prohibieron jugar la final a Ronaldo que venía destruyendo cualquier
arco que se le cruzaba, y si Francia no era el campeón, ¿cuándo iba a ganar si
no era en su casa? En el 2002, se decía que se le iba a devolver “gentilezas”
al verdeamarelho por aquel partido y, casualidad o no, los brasileros se quedaron
con el mundial. Y en 2006 lo ya antes mencionado del fraude italiano, con el
“fin de una generación” de jugadores italianos, que en su posición eran
trascendentales pero que difícilmente iban como “candidatos”.
De esa manera llegué al
mundial del 2010, diciendo que ese mundial nos tocaba a nosotros, había muchas
coincidencias: le tocaba a un sudamericano, el “Diego” como DT, ¿a quién se le
hubiese ocurrido? Dicho sea de paso, viendo el nivel español con todas sus figuras
en su esplendor y con la edad justa; tal vez eso nos faltaba a nosotros. Al
segundo partido del mundial di de baja mi teoría, recordando que en el 2014, se
jugaba en Brasil, tierra sudamericana donde nunca ningún equipo europeo se
había consagrado campeón, por lo que me convencí que en el 2014 nos tocaba a
nosotros, haciendo un “enroque” de campeones.
Fui tildado de loco,
comentando ésta teoría con mis amigos, compañeros periodistas, compañeros de
laburo, familia. Pero las cosas se iban dando: se organizó la Copa América en
nuestro país, y antes de que comience, aclaré que ningún campeón de la copa
había podido obtener el Mundial siguiente. Uruguay se terminó consagrando
campeón en NUESTRAS tierras, ¿cómo podía ser? Sin embargo, se jugó la Copa
Confederaciones, que, como en la copa América, el ganador nunca había logrado
el campeonato mundial. Brasil ganó por lo que al “tocarle” a un sudamericano,
no quedaba otra que alzarnos con la copa nosotros. Agregando más detalles,
Grondona está por finalizar su vicepresidencia en la FIFA y se podía ir
victorioso, y Bilardo nunca se sacó esa tan deseada foto con la Copa del Mundo,
muchos factores que me hacían seguir mi “hipótesis” al pie de la letra.
Inglaterra e Italia en
recambio. España no tenía pinta ni sangre de candidato, Brasil era el peor de
la historia, no tenía figuras, teniendo en cuenta que el mundial de “Neymar”
por edad, sería el próximo. Francia y
Bélgica, con una generación de jugadores talentosa, pero muy jóvenes. Sólo
quedaban como “cucos” Alemania y Holanda.
Teníamos al mejor del
mundo, tal vez no con el nivel deseado, pero en la edad ideal, para que la
rompa todos los partidos, con su marketing más que en alza… ¿a qué organizador
no le hubiese gustado ver a la “Máxima estrella” levantando la copa? Teníamos,
a priori, a la mejor delantera del mundo, dándonos el lujo de prescindir de
Carlos Tevez, fundamental en el título logrado con la Juventus en Italia. Y si
entrábamos en la comparación absurda entre Messi y Maradona, Lio estaba mucho
mejor rodeado que Diego por aquel entonces, donde era “ÉL” contra el mundo.
Lo más discutido era la
defensa, que al igual que mi predicción se iba amoldado y consolidando a medida
que pasaban los partidos. Messi fue determinante en los partidos “poco”
importantes, pero aún así se quedó con el “Balon de oro”, a mi criterio
inmerecido, cuando lo mejor de la selección nacional fue el equipo en esos
partidos decisivos. Tal vez no hubo una “figura” en el equipo alemán y por eso
“Lio” se quedó con el premio. Ningún rival nos superó, ni esta Alemania que
viene de un proceso de 11 años, y que realmente es una máquina de buen fútbol.
Ya en semis intenté
transmitir tranquilidad a los que me cruzo día a día, instalándole mi
pensamiento cada vez que me preguntaban “¿Por qué no gritas los goles Esteban? ¿No
tenés sangre en las venas? ¿Cómo haces para no sufrir?” Estaba convencido de
que nada podía salir mal. Para colmo, todos los equipos que conformaron los
cuartos de final los había anticipado ni bien se sorteó el mundial, a excepción
de Costa Rica. Me preocupaba más mi partido de todos los domingos con mis
amigos, que el mismo Mundial.
¿Qué hubiese pasado si
Higuaín, Palacio o Messi convertían sus oportunidades? Tal vez mi ego, iba a
irse mucho más arriba de lo que suele estar. Pero si de algo estoy seguro, es
que después de ya 8 años, volví a creer en la honestidad del fútbol mundial.
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