Fue encontrado muerto en su departamento con un tiro en la sien, pocas horas antes de presentarse ante una comisión de Diputados para dar detalles sobre la acusación de “encubrimiento” producto del memorándum que el país firmó con Irán. La fiscal a cargo de la investigación por el fallecimiento aseguró que “no hubo intervención de terceras personas”, aunque no descarta ninguna hipótesis. En una carta publicada en Facebook, Cristina habló de “suicidio”. La oposición pidió que se investigue hasta las últimas consecuencias.
El país amaneció ayer conmocionado por la noticia de la muerte
del fiscal Alberto Nisman, ocurrida pocas horas antes de dar detalles ante una
comisión de Diputados sobre la denuncia que apunta a la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner, al canciller Héctor Timerman, al diputado de La Cámpora
Andrés Larroque, al piquetero Luis D’Elía y al líder de Quebracho Fernando Esteche
por encubrimiento de terroristas de Irán en la causa por el atentado contra la
sede de la AMIA en 1994. El hecho sacudió a la clase política e impactó fuerte
en la sociedad, que se movilizó en distintos puntos de Argentina para reclamar
que se sepa la verdad sobre lo sucedido.
Nisman, de 51 años y era el fiscal especial a cargo de la
investigación del atentado contra la mutual judía desde 2004, fue hallado
muerto ayer con un tiro en la sien en el baño de su departamento de la
exclusiva torre Le Parc del barrio porteño de Puerto Madero. La madre fue quien
lo encontró tras ser contactada por la custodia personal del fiscal, unos 10
agentes de la Policía, que alertaron a la familia porque no respondía llamadas.
Durante la madrugada, se desplegó un gran operativo en las
inmediaciones de la torre Le Parc de Puerto Madero, donde estuvo presente el
secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni. La fiscal a cargo de
investigación, Viviana Fein, confirmó que “no hubo intervención de terceras
personas” y que el disparo procedía de una pistola de calibre 22 encontrada
bajo el cuerpo de Nisman. El arma no era de él. De acuerdo al informe que arrojó
la autopsia –que se conoció apenas comenzada la tarde-, el fiscal murió como
consecuencia de un balazo que penetró dos centímetros por encima de la oreja
por el parietal derecho de la cabeza. Sin embargo, aseveró que se investigará
si la muerte fue un “suicidio inducido”.
Según la versión oficial, en el departamento había documentos
sobre la denuncia contra Cristina, Timerman y otros dirigentes afines al
kirchnerismo que el fiscal iba a presentar ayer a las 15 en la comisión de
Diputados.
Por la mañana, con la noticia sacudiendo a la clase política
y conmoviendo a la sociedad, que comenzaba su día, se empezaron a conocer las
reacciones desde el oficialismo y la oposición. En su tradicional conferencia
de prensa en Casa Rosada, aunque esta vez no respondió preguntas, el jefe de
Gabinete de la Nación, Jorge Capitanich, se limitó a ratificar la información
del comunicado difundido por el Ministerio de Seguridad durante la madrugada,
más allá de que manifestó su “apoyo” para “garantizar el esclarecimiento de
este hecho doloroso”.
“Los custodias recogieron a la madre, la llevaron al
departamento, la puerta estaba cerrada con la llave colocada en la cerradura
por dentro, se convocó a un cerrajero, la madre ingresó y encontró a Nisman
caído en el baño bloqueando la puerta”, dijo.
Por su parte, el secretario general de la Presidencia, Aníbal
Fernández, se declaró “estupefacto” por lo ocurrido, y señaló que “la muerte de
Nisman no tiene de normal absolutamente nada”. El funcionario, conjeturando un
posible suicidio, expresó que “uno tendría que tener un elemento desconocido
para poder apreciar qué pasaba por la cabeza del fiscal para tomar una decisión
de esta característica”.
Desde Nueva York, el canciller Timerman, acusado por Nisman,
lamentó la muerte del fiscal y pidió Justicia: “Espero que la Justicia
prontamente puede determinar la forma en que murió, que la Justicia pueda
avanzar en este tema, y se esclarezca”, sostuvo ante los periodistas luego de
su intervención en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Todo el arco opositor manifestó su estupor la muerte de
Nisman y reclamó que la investigación llegue hasta las últimas consecuencias.
La diputada nacional del PRO Patricia Bullrich denunció: “Que un fiscal muerto
antes de dar un informe al Congreso en una causa donde hay terrorismo
internacional me parece de una enorme gravedad”. Ella fue quien había invitado
al fiscal a que expusiera los fundamentos sobre las acusaciones y añadió que el
sábado se había comunicado con Nisman por teléfono en tres ocasiones y le
mencionó que había recibido amenazas.
El jefe de Gobierno porteño y precandidato del PRO a la
presidencia para las elecciones de octubre, Mauricio Macri, pidió “investigar hasta las últimas consecuencias” la muerte de Nisman, reclamó que la Justicia “actúe de forma independiente, rápida y contundente” para esclarecer las causas y remarcó que “si
esta muerte termina en más impunidad es un desastre para el futuro institucional de nuestro país”. También lamentó el “enorme daño” para Argentina en el ámbito internacional que genera la noticia.
Para la líder de la Coalición Cívica, la diputada Elisa
Carrió, el hecho fue “un asesinato” y que esta muerte “era previsible”.
El líder del Frente Renovador y aspirante a la Casa Rosada,
Sergio Massa, exigió que no quede “impune” la muerte de Nisman, la que
consideró como una “mancha de sangre que ha caído sobre las instituciones” del
país, y pidió la apertura de sesiones extraordinarias en el Congreso para dejar
sin efecto el Memorándum con Irán.
“Es imprescindible que todos aquellos que tenemos
responsabilidad institucional en la Argentina nos expresemos, porque la
sociedad así lo espera”, agregó el diputado. En ese mismo sentido se expresó el
diputado de la Unión Cívica Radical Julio Cobos, al remarcar que “todos estamos
esperando las palabras de la Presidenta”.
Cristina no hizo declaraciones, aunque publicó una extensa
carta en la red social Facebook, titulada “AMIA, otra vez tragedia, confusión,
mentiras e interrogantes”. Es un texto muy autorreferencial, en el que habló de
“suicidio” y se permitió dudar sobre el accionar del fiscal, su repentino
regreso al país y denunció la existencia de una historia “muy sórdida” y de “interrogantes”
tras la muerte del Nisman, a la vez que defendió los intentos del Gobierno por
esclarecer el atentado.
“En el caso del ¿suicidio? del fiscal a cargo de la causa
AMIA, Alberto Nisman, no sólo hay estupor e interrogantes, sino que además una
historia demasiado larga, demasiado pesada, demasiado dura, y por sobre todas
las cosas, muy sórdida. La tragedia del atentado terrorista más grande que se
produjo en la Argentina”, escribió la mandataria. La Presidenta apuntó también
contra intentos de “desviar, mentir, tapar y confundir” sobre el atentado
terrorista y cargó contra agentes de inteligencia y medios de comunicación críticos
de su Gobierno.
Por la tarde, había ordenado que se desclasificara el
material de inteligencia utilizado por Nisman para fundamentar sus acusaciones.
El juez Ariel Lijo suspendió sus vacaciones y regresó a la
Ciudad de Buenos Aires rápido para tramitar la denuncia de Nisman y pidió con
urgencia que sean resguardadas las pruebas que manejaba, en referencia a las más de 300 escuchas telefónicas que utilizó en parte para realizar la denuncia. El fiscal estuvo en el
centro de la escena desde hace casi una semana, ya que –tras ocho años de
investigaciones- el pasado miércoles denunció a Cristina, a Timerman y a
dirigentes afines al oficialismo por considerar que el memorándum de
entendimiento aprobado en enero de 2013 con Irán para poder interrogar a los
acusados en un tercer país y así avanzar en una causa estancada desde hace
veinte años incluía un presunto encubrimiento de los sospechosos del atentado
contra la AMIA de julio de 1994 que dejó 85 muertos y 300 heridos a cambio de
las relaciones comerciales y el intercambio de petróleo por granos.
Nisman había asegurado que tenía pruebas que demostraban, tal como apuntaba la investigación y la comunidad judía, que Irán y la
organización Hezbolá estuvieron detrás de la planificación y ejecución del
ataque terrorista.
Tanto periodistas que tenían un contacto asiduo con el
fiscal, como así también sus colaboradores, dijeron que Nisman había sufrido
amenazas y tomaron peso declaraciones recientes que él hizo en las que
comentaba que le había advertido a una de sus hijas que se preparara para
escuchar “cosas terribles” de su padre. El fiscal había interrumpido sus
vacaciones en España y regresado al país para divulgar la denuncia.
El Gobierno Nacional apuntó contra Nisman y lo acusó de
mentir y dejarse llevar por una interna en los servicios de inteligencia tras
el relevo en la cúpula de ese organismo. Y defendió el memorándum con Irán para
investigar a los acusados por la planificación y ejecución del ataque, en
concreto cinco ex funcionarios de ese país, entre ellos un ex presidente,
actuales ministros y dirigentes religiosos locales, que tienen pedido de
captura internacional de Interpol solicitado por la Justicia argentina.
Desde marzo de 2012, se espera la fecha de un juicio contra
el ex presidente Carlos Menem, acusado de “encubrimiento agravado” por la
llamada “conexión local”, que brindó la logística para perpetrar el atentado.
La noticia del hallazgo de Nisman muerto en su casa circuló
rápido en las redes sociales. Allí, tanto políticos, magistrados, periodistas
como ciudadanos usaron estos espacios para opinar sobre el hecho. En Twitter,
al momento del cierre de esta nota, seguía siendo tema del momento. Justamente
las redes sociales fueron el ámbito en el que se organizó una convocatoria en
Plaza de Mayo, que se replicó en otros puntos del país, para exigir que se
aclare la muerte del fiscal.
Nutrida concentración en Plaza de Mayo para pedir que se esclarezca la muerte de Nisman. Se replicó en otros puntos del país.
En la Ciudad, la concentración fue muy nutrida en Plaza de
Mayo, donde personas llevaban banderas y carteles hechos a mano y a
computadora, algunos más grandes, y otros más chicos, con consignas como “Yo
soy Nisman”, “Justicia por Nisman” o “Todos somos Nisman”. Un buen número de
personas también se manifestó frente a la Quinta Presidencial de Olivos, aunque se replicó en distintas esquinas porteñas y en otros puntos
del país, que hicieron sonar cacerolas y bocinas. Hubo diferentes cantos e
incluso gritos de “asesina” dirigidos a la Presidenta.
La concentración en la histórica plaza de Buenos Aires tuvo
algunos momentos tensos y de incidentes menores cuando algunos manifestantes
intentaron tirar las vallas que acordonaban la Casa Rosada y la Policía
respondió con gas pimienta.
Nota con despachos de agencias EFE y AFP y Noticias
Argentinas
Reeditada a las 15.30 del 20/1
Reeditada a las 15.30 del 20/1
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