El estudio realizado por la universidad privada da cuenta de que la venta de drogas creció un 50 por ciento entre 2010 y 2014.
Un informe de la privada Universidad Católica Argentina
(UCA) reveló un dato alarmante: hay casi 500 mil hogares afectados por el
consumo de alcohol o drogas en todo el país. Y alertó que la venta de drogas
tuvo un crecimiento del 50 por ciento entre 2010 y 2014, afectando especialmente
a los barrios más vulnerables.
En concreto, se trata de un 3,6 por ciento de hogares
afectados por el consumo de alcohol o drogas, lo que equivale a 459.966
familias, que comprende a 1.524.350 personas con inconvenientes vinculados a
estos dos flagelos.
De acuerdo al trabajo realizado por la Casa de Altos
Estudios, titulado “Aumento del tráfico de drogas en los barrios, problemas de
adicciones severas en las familias y poblaciones de riesgos”, que se difundió
ayer, el alcohol es la principal adicción, con el 2,7 por ciento; seguido por
las drogas, con el 1,6 por ciento, en tanto que un 0,9 por ciento está afectado
por ambos.
A su vez, el sector donde se observaron los porcentajes más
altos de consumo fue en la clase muy baja, con 4,7 por ciento de alcohol, un
3,1 por ciento de consumo de drogas y el 1,8 por ciento de ambas.
En el nivel bajo hay 2,9 por ciento de consumo de alcohol;
1,8 de drogas y 0,9 de ambas, mientras que siguen el medio bajo (2,2 por ciento
de alcohol; 1,8 de drogas y 0,7 de ambas) y luego el medio alto (0,9 por
ciento; 1 por ciento y 0,2 por ciento).
En el informe, basado en 28.415 entrevistas a personas
mayores de 18 años que viven en hogares de
aglomerados urbanos con 80 mil habitantes o más agrupados en tres grandes zonas
(Gran Buenos Aires, Otras Áreas Metropolitanas y Resto Urbano). Las entrevistas
se realizaron en el cuarto trimestre de cada año desde 2010 a 2014 y el margen
de error estadístico es de +/- 1,3 por ciento. El relevamiento también se hizo
por sectores de residencia.
En ese sentido, los lugares denominados “medio bajos o
vulnerables” se llevan los números más altos, con 4,5 por ciento de alcohol,
2,5 por ciento de drogas y 1,6 por ciento de ambos; mientras que en villas y
asentamientos precarios los niveles son apenas un poco más bajos (4,3 por
ciento de alcohol, 2,6 de drogas y 1,3 de ambos).
Una de las conclusiones de importancia que da el estudio es
que la presencia de una adicción severa en el hogar es mayor si hay venta de
drogas en el barrio.
Este es un punteo de otros aspectos importantes de los que
da cuenta el informe de la UCA:
- La toxicomanía dual y el alcoholismo se duplican en los
hogares con presencia de tráfico de drogas en su entorno habitacional (es
decir, en el barrio), mientras que la frecuencia de drogadicción en las
familias que registran venta de droga en el espacio residencial en el que
habitan es tres veces mayor que en aquellos hogares donde no se mencionó el
narcotráfico en el barrio.
- La adicción severa a las drogas se duplica en los hogares
con un jefe que está comprendido en la clase trabajadora marginal, en tanto que
el alcoholismo se triplica en comparación con las familias en que el jefe se
posiciona en un sector medio profesional.
- En los grupos en que el jefe del hogar pertenece a las
clases media profesional y no profesional, las adicciones severas son casi
semejantes en cuanto al abuso por alcohol y drogas, pero en los hogares cuyo
jefe pertenece a la clase trabajadora integrada se perciben mayores problemas
de alcoholismo.
- En tanto, las adicciones severas al alcohol, drogas o a
ambas se manifiesta más en aquellos hogares donde hay integrantes jóvenes de
entre 14 y 25 años. Pero si bien en los más jóvenes se observa mayor
problemática alcohólica, las diferencias generacionales hacia la adicción a
dicha sustancia es casi similar en los tres grupos comparados.
- Al comparar los hogares en los que los integrantes tienen
45 años o más, la drogadicción se duplica entre los grupos de familias con integrantes
de entre 26 y 44 años, en tanto que se triplica en aquellos que pertenecen al
grupo más joven.
- En el período 2010-2014 hubo un incremento en la
percepción sobre la existencia de venta de drogas en los barrios. Entre esos
años, el registro de venta de drogas en los barrios se incrementó un 50 por
ciento llegando este reconocimiento al 45 por ciento de los hogares urbanos.
Dicha evolución tuvo un incremento abrupto entre los años 2010 y 2011 para
tener luego un aumento constante. En estos casos la venta de drogas tuvo su
mayor crecimiento de 2010 a 2014 en villas y asentamientos precarios, ya que
pasó de 53 a 84 por ciento, mientras que en lugares bajos o vulnerables pasó
del 40 al 64 por ciento. Luego le siguieron las zonas medias o medias bajas,
con un aumento del 30 al 45 por ciento, y las medias altas, con una suba del 17
al 22 por ciento.
Para conocer el informe completo, clic aquí.
Nota con despachos de agencias Noticias Argentinas y EFE
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