Caso Ángeles Rawson: el portero Mangeri, condenado por femicidio

La Justicia lo condenó a prisión perpetua por el homcidio y abuso sexual de la adolescente el 10 de junio de 2013, que recibió el fallo con la mirada perdida. Alivio y dolor de la familia de la víctima, conocida la sentencia.

Mangeri, y su abogado, Adrián Tenca, durante la lectura del fallo condenatorio. (Foto: DyN) 

El portero Jorge Mangeri fue condenado ayer con la pena de prisión perpetua por el femicidio de Ángeles Rawson, al entender que la mató para ocultar el intento de violación de la joven de 16 años en junio de 2013.

El Tribunal Oral en lo Criminal 9 de la Capital Federal condenó a Mangeri por femicidio, en concurso ideal con los delitos de abuso sexual y homicidio agravado por su comisión “criminis causae”, ya que entendió que el encargado del edificio de Ravignani 2360 del barrio porteño de Palermo asesinó a la adolescente para ocultar el intento del ataque sexual, presuntamente en el sótano, el 10 de junio de 2013.

Los fundamentos del fallo de los jueces Fernando Ramírez, Ana Dieta de Herro y Jorge Gestas se conocerán el próximo 24 de agosto a las 13.

Vestido con un polar azul, pantalón del mismo color y zapatillas, y rodeado por cinco agentes del Servicio Penitenciario Federal, Mangeri escuchaba el fallo que lo condenaba con la mirada perdida, mientras que el padre de Ángeles, Franklin Rawson, le sostenía la mirada, que nunca llegó a cruzarse con la del encargado. La familia Rawson se quebró en llanto. También estuvo en la sala la fiscal Paula Asaro, quien esclareció el crimen en 96 horas, cuando Mangeri terminó autoincriminándose en su fiscalía y se abrazó con la madre de la víctima.

El Tribunal ordenó también que se investigue por falso testimonio –o por la comisión de algún otro delito- a la esposa del condenado, Diana Saettone, que ayer no estuvo en Tribunales, a un amigo del imputado, el primer médico de la defensa, dos vecinos del edificio de la calle Ravignani, el primo policía de la mujer del portero y el médico que hizo la autopsia.

En las jornadas previas del juicio, que tuvo cinco meses de duración, la fiscalía, a cargo de Fernando Fiszer y Sandro Abraldes, y la querella coincidieron en pedir la prisión perpetua para Mangeri, mientras que la defensa demandó la nulidad de los alegatos y de los pedidos de pena, y por ende, la absolución de su cliente.

Ayer por la mañana, el portero dio sus últimas palabras antes del veredicto, y con total descaro lanzó una frase que lanzó un profundo enojo y malestar entre los familiares de la víctima y el abogado querellante, Pablo Lanusse, al llamar a Ángeles por el apodo que recibía de familiares y amigos: “Soy inocente, no tuve nada que ver con la muerte de ‘Mumi’”, expresó ante el Tribunal.

Conocida la sentencia, la familia valoró el fallo del Tribunal, en tanto que la defensa insistió en que Mangeri es “inocente” y anticipó que recurrirá ante la Cámara de Casación para apelar el veredicto y, si es necesario, ir a la Corte Suprema de la Nación e incluso a tribunales internacionales para que se revise el fallo.

El padre de Ángeles, Franklin Rawson, al salir de Tribunales, dijo: “Hoy sentimos un poco de alivio porque se hizo justicia por nuestra hija. El dolor que sentimos lo vamos a seguir sintiendo porque el dolor va a seguir existiendo, pero hoy sentimos un poco de paz”.

Rawson consideró que la sentencia brinda “esperanza” y admitió que tuvo que contenerse en varias ocasiones para no arremeter contra Mangeri durante la lectura del veredicto. Y se sintió muy molesto porque el portero llamó “Mumi” a su hija cuando brindó sus últimas palabras antes del fallo.

En términos similares se expresó el abogado de la familia, Pablo Lanusse, al señalar que “fue una enorme falta de respeto”. “Lo que me ha conmovido e impactado fueron sus últimas palabras (…) El femicida Mangeri ha demostrado el nivel de cinismo, de provocación, de perversión con la que siempre ha actuado y de la misma forma actuó cuando mató a Ángeles”, enfatizó el letrado.

Lanusse destacó que el fallo coincide con el pedido de la querella, aunque dijo que sentía una “enorme ambivalencia” porque “Ángeles no vuelve a la casa y para la familia éste es el fin de una lucha de 25 meses. Hoy habló la Justicia y los que hablaron al divino botón, que tengan la amabilidad de escuchar a la Justicia”, manifestó.

Por su parte, el abogado defensor de Mangeri, Adrián Tenca, insistió en la inocencia de su cliente y dijo que la sentencia era “esperable” y añadió: “No me sorprende, es un escollo más en el camino. Éste es un juicio en el que ha surgido la verdad, porque el señor Mangeri es inocente”.

El letrado consideró que el tribunal mostró una “parcialidad manifieste en contra del imputado” y dijo que “se dieron irregularidades durante toda la causa”. El femicida Mangeri fue trasladado de regreso al Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza, donde permanece alojado.

El Tribunal dio por acreditado que el 10 de junio de 2013, a las 9.50, horario en el que quedó registrada por una cámara de seguridad de la cuadra, la adolescente Ángeles Rawson regresaba a su casa de Ravignani 2360, en Palermo, tras una clase de educación física, pero no entró a su departamento B de la planta baja sino que se topó en el hall con el condenado.

La hipótesis da cuenta de que, con algún engaño Mangeri llevó a Ángeles a algún lugar del consorcio –para la fiscalía podría ser el sótano, pero para la querella la portería del octavo piso- y allí inició un ataque sexual al que se resistió la víctima, lo que terminó en homicidio.

Una junta médica determinó que la joven murió estrangulada y sofocada en no más de cinco minutos y que su asesino le fracturó cinco costillas, la clavícula derecha y una vértebra. Y si bien no llegó a sufrir una violación, la víctima tenía en una de sus rodillas, en la ingle y en la cara interna de los muslos, lesiones paragenitales que probaron que sufrió al menos un abuso sexual simple.

El Tribunal avaló la prueba clave de la causa, que fue el cotejo de ADN que determinó que debajo de la uña del dedo índice de la mano derecha de Ángeles se halló el perfil genético de Mangeri. Esa evidencia genética probaría que la adolescente llegó a rasguñar al portero en un intento de defensa. El encargado, al momento de ser detenido, llegó a tener 34 lesiones, de las cuales más de 20 eran arañazos.

A lo largo del proceso judicial, se reconstruyó que Mangeri colocó el cuerpo de Ángeles en bolsas de residuos para luego desecharlo a la basura, razón por que 24 horas después de su desaparición, fue hallado en la planta de reciclaje de la CEAMSE de la localidad bonaerense de José León Suárez.

Nota con despachos de agencias Noticias Argentinas y Télam

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